—Qué fastidio.

Acomodó su cabellera en una coleta. Acababa de despertar, con fatiga y pereza por solo haber dormido dos horas. Dejó parte de su cuerpo libre de la bata que lo cubría, bostezando con lentitud.

—Días.
—Qué fastidio. Acomodó su cabellera en una coleta. Acababa de despertar, con fatiga y pereza por solo haber dormido dos horas. Dejó parte de su cuerpo libre de la bata que lo cubría, bostezando con lentitud. —Días.
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