饾懠饾拸饾拏 饾挄饾拏饾拑饾拞饾挀饾拸饾拏 饾拺饾拞饾拕饾挅饾拲饾拪饾拏饾挀 饾拏 饾拲饾拏 饾拲饾挅饾挍 饾拝饾拞 饾拲饾拏饾挃 饾挆饾拞饾拲饾拏饾挃.
銋ゃ叅銋め叧猝姐叅饾悞饾悡饾悁饾悜饾悡饾悇饾悜 饾悁饾悂饾悎饾悇饾悜饾悡饾悗.銋も攣
La noche había caído sobre Anraste y debía de buscar alfo de refugio, pues en aquella época del año, en aquel lugar de aquel basto continente, ya empezaba a refrescar lo suficiente como para que Anraste viajase de noche con una capa cubriéndole las espaldas.
Lo cierto es que la mujer de largos y rojizos cabellos otoñales no sabía hasta dónde había llegado, en qué punto de Ferûn se encontraba y además, ignoraba el nombre de la taberna a la que había decidido entrar.
Un aroma intenso a granada, frutos rojos, fresas, nata y caramelo inundó la nariz de Anraste. Aquella taberna era iluminada con velas de color rojo, y los que allí pernoctaban o cenaban tenían diferentes copas de licores en sus manos, supo que nada de aquello era agua ya que había sentido el olor del alcohol y la fermentación de frutas.
Anraste tomó asiento en una esquina de la taberna, una que estaba protegida por la poca luz, sus ojos de color otoño poseían un brillo propio que sin duda llamaba ligeramente la atención. Sería reconocida en aquel lugar como un ser feérico, lo que era.
Anraste apoyó su mandoble contra una de las cuatro sillas que rodeaban la mesa y se inclinó a mirar la débil llama que bailoteaba sobre la mecha de una vela casi consumida en el centro de la mesa.
La noche había caído sobre Anraste y debía de buscar alfo de refugio, pues en aquella época del año, en aquel lugar de aquel basto continente, ya empezaba a refrescar lo suficiente como para que Anraste viajase de noche con una capa cubriéndole las espaldas.
Lo cierto es que la mujer de largos y rojizos cabellos otoñales no sabía hasta dónde había llegado, en qué punto de Ferûn se encontraba y además, ignoraba el nombre de la taberna a la que había decidido entrar.
Un aroma intenso a granada, frutos rojos, fresas, nata y caramelo inundó la nariz de Anraste. Aquella taberna era iluminada con velas de color rojo, y los que allí pernoctaban o cenaban tenían diferentes copas de licores en sus manos, supo que nada de aquello era agua ya que había sentido el olor del alcohol y la fermentación de frutas.
Anraste tomó asiento en una esquina de la taberna, una que estaba protegida por la poca luz, sus ojos de color otoño poseían un brillo propio que sin duda llamaba ligeramente la atención. Sería reconocida en aquel lugar como un ser feérico, lo que era.
Anraste apoyó su mandoble contra una de las cuatro sillas que rodeaban la mesa y se inclinó a mirar la débil llama que bailoteaba sobre la mecha de una vela casi consumida en el centro de la mesa.
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Lo cierto es que la mujer de largos y rojizos cabellos otoñales no sabía hasta dónde había llegado, en qué punto de Ferûn se encontraba y además, ignoraba el nombre de la taberna a la que había decidido entrar.
Un aroma intenso a granada, frutos rojos, fresas, nata y caramelo inundó la nariz de Anraste. Aquella taberna era iluminada con velas de color rojo, y los que allí pernoctaban o cenaban tenían diferentes copas de licores en sus manos, supo que nada de aquello era agua ya que había sentido el olor del alcohol y la fermentación de frutas.
Anraste tomó asiento en una esquina de la taberna, una que estaba protegida por la poca luz, sus ojos de color otoño poseían un brillo propio que sin duda llamaba ligeramente la atención. Sería reconocida en aquel lugar como un ser feérico, lo que era.
Anraste apoyó su mandoble contra una de las cuatro sillas que rodeaban la mesa y se inclinó a mirar la débil llama que bailoteaba sobre la mecha de una vela casi consumida en el centro de la mesa.
Tipo
Individual
L铆neas
Cualquier l铆nea
Estado
Disponible