Pensando en los eventos recientes, Lucifer bebía un vaso de su licor preferido. En su mente, todo giraba sin orden ni concierto, era todo un caos y, por primera vez, no tenía la menor intención de ordenarlo porque, si tenía que ser honesto consigo mismo, debía reconocer que aquello, había sido un golpe muy bajo y de sentía profundamente herido y decepcionado.
Con un suspiro vació de un trago el vaso y volvió a llenarlo. Iba a ser un día muy largo.