—Espero no haber importunado su tiempo, estimado Wong.
La voz de Sung se escucharia serena en todo momento, mientras recibia al hombre; Wong, un abogado de gran influencia en el mundo del derecho, hace no mucho este habia llegado a la comisaria interponiendo una denuncia. Su hija, su unica, y adorada hija, lo unico que tenia en el mundo tras la prematura muerte de su esposa, habia sido encontrada sin vida en la ducha de su casa. Un crimen ciertamente peculiar.. de el se sabe que no se encontraba en casa cuando ocurrio la situacion, un completo sin sentido que ciertamente dejaba a todos sin una sola pista de cual fuese la razon para que esto sucediera.
No hay huellas digitales evidentes, quien lo hubiese hecho se cuido bastante de no dejar siquiera una sombra de su presencia. La medicina forense era una de las ramas mas poderosas en cuanto a conocer lo que ha pasado antes y despues de un crimen como este, sin embargo, entre los mejores investigadores, el coreano era uno de los que mas renombre poseian, no sabian como, pero siempre encontraba una respuesta a todo lo que no pareciera tener luz.
Como si los muertos le hablasen.
El, tras semanas de investigacion, tendria el permiso para accesar al sitio de los hechos. Donde recibio las respuestas que habia estado buscando durante tanto tiempo, uniendo las piezas que faltaban en este oscuro rompecabezas
.— ¿Le cuento algo? Sinceramente, no pudimos encontrar una respuesta para lo ocurrido con su hija…— El rostro de Sung denotaba una tristeza imposible de fingir, por su lado, Wong parecía primero mostrarse molesto ante su respuesta, antes de dejarlo decir algo más —Desgraciadamente, quien haya hecho esto, fue inteligente. Era como si supiera moverse cuál sombra… no habían restos, no habían huellas, era como si…—
Ante esta respuesta, quien lo escuchaba poco a poco dibujó una pequeña sonrisa en sus labios… como si, contrario a recibir una terrible noticia, lo que estaba escuchando le fuese agradable… más intentó no perder la compostura mientras Sung hablaba.
—Como si conociera cada centímetro de la casa a la cual entró— La sonrisa del hombre se borró por un momento, el tono de Sung en ese comentario expresaba cierta duda, no una cual pregunta… si no, una acusación silenciosa.
—Así que me di la tarea de conseguir información a mi manera.—
Hubo algo en esa respuesta, el ambiente del lugar empezó a sentirse helado poco a poco, un escalofrío que recorrió la espalda del anciano mientras el aura de Sung pasaba de ser apacible, a poco a poco volverse más frívola.
—¿Sabe algo curioso señor Wong? Este tipo de crímenes, por lo general son de personas cercanas. Amigos, hermanos… amantes o novios celosos que quieren venganza. Solo alguien que tuviese confianza con ella podría entrar a la casa como si nada y llegar hasta el baño donde estaba duchándose.—
Supo dónde iban las piedras, así que el hombre arremetió
“¿Cómo te atreves? Yo soy el afectado aquí. Fue mi hija a la que arrancaron de mis brazos. No permitiré que..”
De pronto un escalofrío, ese mismo ambiente gélido pasaba ahora de solo una mala sensación, a volverse en una especie de recorrido por su espina dorsal, como si algo estuviese tocándolo desde la espalda baja hasta el centro de la misma.
—¿Su hija? Oh cierto, Sun-Hee. La dulce joven que usted cuidaba como premio…
La chica que cuando creció se parecía tanto a su madre. Que usted no pudo evitar querer tenerla más, más y más a su lado.
Al punto de tocarla para intentar recordar como se sentía estar con su esposa ¿no es así?—
El hombre intentó responderle, pero entonces sintió algo en su cuello. Una mano que lo sostuvo, fueron dos en total que lo rodeaban cual frívolo abrazo. Instintivamente, trató de alzar la vista
Y ahí estaba ella. Pálida, sus ojos perdidos en una negrura absoluta, pero Sung no se inmutaba.
—¿Sabe que dicen de nosotros los forenses? Hablamos con los que han partido de este mundo. Sin embargo, en mi caso; aquellos que se fueron bajo circunstancias horribles, me cuentan toda su historia de inicio a fin.
Mi estimado señor Wong. Tiene muchos pecados que pagar, pero su hija será quien se encargue de usted esta noche.—
Gritos se escucharon a lo lejos, horribles, desgarradores, agónicos. Gritos que tardaron horas, hasta que todo se silencio, al escucharse un sonido de desgarre.
Como si algo, hubiese sido separado de un cuerpo.
#HappyHalloween
La voz de Sung se escucharia serena en todo momento, mientras recibia al hombre; Wong, un abogado de gran influencia en el mundo del derecho, hace no mucho este habia llegado a la comisaria interponiendo una denuncia. Su hija, su unica, y adorada hija, lo unico que tenia en el mundo tras la prematura muerte de su esposa, habia sido encontrada sin vida en la ducha de su casa. Un crimen ciertamente peculiar.. de el se sabe que no se encontraba en casa cuando ocurrio la situacion, un completo sin sentido que ciertamente dejaba a todos sin una sola pista de cual fuese la razon para que esto sucediera.
No hay huellas digitales evidentes, quien lo hubiese hecho se cuido bastante de no dejar siquiera una sombra de su presencia. La medicina forense era una de las ramas mas poderosas en cuanto a conocer lo que ha pasado antes y despues de un crimen como este, sin embargo, entre los mejores investigadores, el coreano era uno de los que mas renombre poseian, no sabian como, pero siempre encontraba una respuesta a todo lo que no pareciera tener luz.
Como si los muertos le hablasen.
El, tras semanas de investigacion, tendria el permiso para accesar al sitio de los hechos. Donde recibio las respuestas que habia estado buscando durante tanto tiempo, uniendo las piezas que faltaban en este oscuro rompecabezas
.— ¿Le cuento algo? Sinceramente, no pudimos encontrar una respuesta para lo ocurrido con su hija…— El rostro de Sung denotaba una tristeza imposible de fingir, por su lado, Wong parecía primero mostrarse molesto ante su respuesta, antes de dejarlo decir algo más —Desgraciadamente, quien haya hecho esto, fue inteligente. Era como si supiera moverse cuál sombra… no habían restos, no habían huellas, era como si…—
Ante esta respuesta, quien lo escuchaba poco a poco dibujó una pequeña sonrisa en sus labios… como si, contrario a recibir una terrible noticia, lo que estaba escuchando le fuese agradable… más intentó no perder la compostura mientras Sung hablaba.
—Como si conociera cada centímetro de la casa a la cual entró— La sonrisa del hombre se borró por un momento, el tono de Sung en ese comentario expresaba cierta duda, no una cual pregunta… si no, una acusación silenciosa.
—Así que me di la tarea de conseguir información a mi manera.—
Hubo algo en esa respuesta, el ambiente del lugar empezó a sentirse helado poco a poco, un escalofrío que recorrió la espalda del anciano mientras el aura de Sung pasaba de ser apacible, a poco a poco volverse más frívola.
—¿Sabe algo curioso señor Wong? Este tipo de crímenes, por lo general son de personas cercanas. Amigos, hermanos… amantes o novios celosos que quieren venganza. Solo alguien que tuviese confianza con ella podría entrar a la casa como si nada y llegar hasta el baño donde estaba duchándose.—
Supo dónde iban las piedras, así que el hombre arremetió
“¿Cómo te atreves? Yo soy el afectado aquí. Fue mi hija a la que arrancaron de mis brazos. No permitiré que..”
De pronto un escalofrío, ese mismo ambiente gélido pasaba ahora de solo una mala sensación, a volverse en una especie de recorrido por su espina dorsal, como si algo estuviese tocándolo desde la espalda baja hasta el centro de la misma.
—¿Su hija? Oh cierto, Sun-Hee. La dulce joven que usted cuidaba como premio…
La chica que cuando creció se parecía tanto a su madre. Que usted no pudo evitar querer tenerla más, más y más a su lado.
Al punto de tocarla para intentar recordar como se sentía estar con su esposa ¿no es así?—
El hombre intentó responderle, pero entonces sintió algo en su cuello. Una mano que lo sostuvo, fueron dos en total que lo rodeaban cual frívolo abrazo. Instintivamente, trató de alzar la vista
Y ahí estaba ella. Pálida, sus ojos perdidos en una negrura absoluta, pero Sung no se inmutaba.
—¿Sabe que dicen de nosotros los forenses? Hablamos con los que han partido de este mundo. Sin embargo, en mi caso; aquellos que se fueron bajo circunstancias horribles, me cuentan toda su historia de inicio a fin.
Mi estimado señor Wong. Tiene muchos pecados que pagar, pero su hija será quien se encargue de usted esta noche.—
Gritos se escucharon a lo lejos, horribles, desgarradores, agónicos. Gritos que tardaron horas, hasta que todo se silencio, al escucharse un sonido de desgarre.
Como si algo, hubiese sido separado de un cuerpo.
#HappyHalloween
—Espero no haber importunado su tiempo, estimado Wong.
La voz de Sung se escucharia serena en todo momento, mientras recibia al hombre; Wong, un abogado de gran influencia en el mundo del derecho, hace no mucho este habia llegado a la comisaria interponiendo una denuncia. Su hija, su unica, y adorada hija, lo unico que tenia en el mundo tras la prematura muerte de su esposa, habia sido encontrada sin vida en la ducha de su casa. Un crimen ciertamente peculiar.. de el se sabe que no se encontraba en casa cuando ocurrio la situacion, un completo sin sentido que ciertamente dejaba a todos sin una sola pista de cual fuese la razon para que esto sucediera.
No hay huellas digitales evidentes, quien lo hubiese hecho se cuido bastante de no dejar siquiera una sombra de su presencia. La medicina forense era una de las ramas mas poderosas en cuanto a conocer lo que ha pasado antes y despues de un crimen como este, sin embargo, entre los mejores investigadores, el coreano era uno de los que mas renombre poseian, no sabian como, pero siempre encontraba una respuesta a todo lo que no pareciera tener luz.
Como si los muertos le hablasen.
El, tras semanas de investigacion, tendria el permiso para accesar al sitio de los hechos. Donde recibio las respuestas que habia estado buscando durante tanto tiempo, uniendo las piezas que faltaban en este oscuro rompecabezas
.— ¿Le cuento algo? Sinceramente, no pudimos encontrar una respuesta para lo ocurrido con su hija…— El rostro de Sung denotaba una tristeza imposible de fingir, por su lado, Wong parecía primero mostrarse molesto ante su respuesta, antes de dejarlo decir algo más —Desgraciadamente, quien haya hecho esto, fue inteligente. Era como si supiera moverse cuál sombra… no habían restos, no habían huellas, era como si…—
Ante esta respuesta, quien lo escuchaba poco a poco dibujó una pequeña sonrisa en sus labios… como si, contrario a recibir una terrible noticia, lo que estaba escuchando le fuese agradable… más intentó no perder la compostura mientras Sung hablaba.
—Como si conociera cada centímetro de la casa a la cual entró— La sonrisa del hombre se borró por un momento, el tono de Sung en ese comentario expresaba cierta duda, no una cual pregunta… si no, una acusación silenciosa.
—Así que me di la tarea de conseguir información a mi manera.—
Hubo algo en esa respuesta, el ambiente del lugar empezó a sentirse helado poco a poco, un escalofrío que recorrió la espalda del anciano mientras el aura de Sung pasaba de ser apacible, a poco a poco volverse más frívola.
—¿Sabe algo curioso señor Wong? Este tipo de crímenes, por lo general son de personas cercanas. Amigos, hermanos… amantes o novios celosos que quieren venganza. Solo alguien que tuviese confianza con ella podría entrar a la casa como si nada y llegar hasta el baño donde estaba duchándose.—
Supo dónde iban las piedras, así que el hombre arremetió
“¿Cómo te atreves? Yo soy el afectado aquí. Fue mi hija a la que arrancaron de mis brazos. No permitiré que..”
De pronto un escalofrío, ese mismo ambiente gélido pasaba ahora de solo una mala sensación, a volverse en una especie de recorrido por su espina dorsal, como si algo estuviese tocándolo desde la espalda baja hasta el centro de la misma.
—¿Su hija? Oh cierto, Sun-Hee. La dulce joven que usted cuidaba como premio…
La chica que cuando creció se parecía tanto a su madre. Que usted no pudo evitar querer tenerla más, más y más a su lado.
Al punto de tocarla para intentar recordar como se sentía estar con su esposa ¿no es así?—
El hombre intentó responderle, pero entonces sintió algo en su cuello. Una mano que lo sostuvo, fueron dos en total que lo rodeaban cual frívolo abrazo. Instintivamente, trató de alzar la vista
Y ahí estaba ella. Pálida, sus ojos perdidos en una negrura absoluta, pero Sung no se inmutaba.
—¿Sabe que dicen de nosotros los forenses? Hablamos con los que han partido de este mundo. Sin embargo, en mi caso; aquellos que se fueron bajo circunstancias horribles, me cuentan toda su historia de inicio a fin.
Mi estimado señor Wong. Tiene muchos pecados que pagar, pero su hija será quien se encargue de usted esta noche.—
Gritos se escucharon a lo lejos, horribles, desgarradores, agónicos. Gritos que tardaron horas, hasta que todo se silencio, al escucharse un sonido de desgarre.
Como si algo, hubiese sido separado de un cuerpo.
#HappyHalloween