Las tardes de lluvia en el pueblo se pasan mejor con un jerséy de punto gigantesco, una cerveza de mantequilla entre las manos y viendo el agua caer desde el porche de su tienda.
Las tardes de lluvia en el pueblo se pasan mejor con un jerséy de punto gigantesco, una cerveza de mantequilla entre las manos y viendo el agua caer desde el porche de su tienda.