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Nesta, en las profundidades de la biblioteca había conseguido otro libro en el que se hablaba vagamente del caldero y de sus caprichos, parecía simplemente un libro de fabulas que se le contaban a un niño para dormir pero si algo tenía claro Nesta es que las fabulas escondían grandes verdades, algunas terriblemente aterradoras.
Avisó a la sacerdotisa que estaba a cargo de la Archeron que iba a llevarse aquel libro para investigar durante las noches en su casa.
No fue hasta que llegó al interior de La Casa del Viento que lo sintió, un pequeño cambio, nada, minúsculo, algo... algo había cambiado ¿Pero el qué?
Nesta caminó hacia la cocina donde le esperaba una merienda caliente, un gofre con chocolate recién hecho y una taza de café con leche muy espumada.
— Gracias...
Le murmuró a la casa mientras tomaba asiento y tomando la taza de café leía el libro con lentitud y tranquilidad.
Nesta, en las profundidades de la biblioteca había conseguido otro libro en el que se hablaba vagamente del caldero y de sus caprichos, parecía simplemente un libro de fabulas que se le contaban a un niño para dormir pero si algo tenía claro Nesta es que las fabulas escondían grandes verdades, algunas terriblemente aterradoras.
Avisó a la sacerdotisa que estaba a cargo de la Archeron que iba a llevarse aquel libro para investigar durante las noches en su casa.
No fue hasta que llegó al interior de La Casa del Viento que lo sintió, un pequeño cambio, nada, minúsculo, algo... algo había cambiado ¿Pero el qué?
Nesta caminó hacia la cocina donde le esperaba una merienda caliente, un gofre con chocolate recién hecho y una taza de café con leche muy espumada.
— Gracias...
Le murmuró a la casa mientras tomaba asiento y tomando la taza de café leía el libro con lentitud y tranquilidad.
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Avisó a la sacerdotisa que estaba a cargo de la Archeron que iba a llevarse aquel libro para investigar durante las noches en su casa.
No fue hasta que llegó al interior de La Casa del Viento que lo sintió, un pequeño cambio, nada, minúsculo, algo... algo había cambiado ¿Pero el qué?
Nesta caminó hacia la cocina donde le esperaba una merienda caliente, un gofre con chocolate recién hecho y una taza de café con leche muy espumada.
— Gracias...
Le murmuró a la casa mientras tomaba asiento y tomando la taza de café leía el libro con lentitud y tranquilidad.
Tipo
Individual
L铆neas
Cualquier l铆nea
Estado
Terminado