𝔑𝔲𝔢𝔳𝔬𝔰 𝔥𝔬𝔯𝔦𝔷𝔬𝔫𝔱𝔢𝔰
Habían pasado algunas semanas desde que Lucifer había pasado una noche fuera de su club, no era común que lo hiciera pues aquél antro de perdición era su hogar, sin embargo, esta noche en particular, había quedado con una joven que había conocido hacía poco y con quien había quedado para tomar algo, pensó que para ser la primera vez que convivían, llevarla a su bar no era precisamente una buena idea, así que decidió citarla en la terraza del hotel Maddisson Los Ángeles, un lugar cómodo, lujoso como le gustaba a Lucifer, pero elegante a la vez, algo que esperaba fuera del agrado de la joven, no porque deseara impresionarla, sino porque esperaba que se sintiera cómoda para que la conversación y la velada en general, fuera del agrado de ambos.
Terminó de alistarse y subió a su auto, llevaba el tiempo justo para llegar unos minutos antes de la hora pactada sólo para cerciorarse de que todo estuviera perfecto, porque sí, a Lucifer le gustaba consentir a sus invitados. Una vez hechas las verificaciones necesarias, tomó asiento en una mesa donde podrían estar a gusto sin ser observados ni interrumpidos por algún indiscreto, un buen vino esperaba y una serie de deliciosos aperitivos estaban listos para servirse en cuanto la joven llegara. Por su parte, Lucifer había traído para ella una bonita rosa roja, un obsequio de bienvenida.
Sayo Fujii
Terminó de alistarse y subió a su auto, llevaba el tiempo justo para llegar unos minutos antes de la hora pactada sólo para cerciorarse de que todo estuviera perfecto, porque sí, a Lucifer le gustaba consentir a sus invitados. Una vez hechas las verificaciones necesarias, tomó asiento en una mesa donde podrían estar a gusto sin ser observados ni interrumpidos por algún indiscreto, un buen vino esperaba y una serie de deliciosos aperitivos estaban listos para servirse en cuanto la joven llegara. Por su parte, Lucifer había traído para ella una bonita rosa roja, un obsequio de bienvenida.
Sayo Fujii
Habían pasado algunas semanas desde que Lucifer había pasado una noche fuera de su club, no era común que lo hiciera pues aquél antro de perdición era su hogar, sin embargo, esta noche en particular, había quedado con una joven que había conocido hacía poco y con quien había quedado para tomar algo, pensó que para ser la primera vez que convivían, llevarla a su bar no era precisamente una buena idea, así que decidió citarla en la terraza del hotel Maddisson Los Ángeles, un lugar cómodo, lujoso como le gustaba a Lucifer, pero elegante a la vez, algo que esperaba fuera del agrado de la joven, no porque deseara impresionarla, sino porque esperaba que se sintiera cómoda para que la conversación y la velada en general, fuera del agrado de ambos.
Terminó de alistarse y subió a su auto, llevaba el tiempo justo para llegar unos minutos antes de la hora pactada sólo para cerciorarse de que todo estuviera perfecto, porque sí, a Lucifer le gustaba consentir a sus invitados. Una vez hechas las verificaciones necesarias, tomó asiento en una mesa donde podrían estar a gusto sin ser observados ni interrumpidos por algún indiscreto, un buen vino esperaba y una serie de deliciosos aperitivos estaban listos para servirse en cuanto la joven llegara. Por su parte, Lucifer había traído para ella una bonita rosa roja, un obsequio de bienvenida.
[Sayogatita]
Tipo
Grupal
Líneas
10
Estado
Disponible