*Sin saber cuánto tiempo había pasado desde que me metí en este laberinto infinito, seguía avanzando por aquellos pasillos y habitaciones las cuales solo había locura en ellos… una con relojes que giraban al revés, otra donde las sillas estaban apiladas, como si alguien hubiera intentado escapar y fracaso, otra donde la habitación estaba del revés teniendo los muebles en el techo e incluso en una donde solo había una mesita con una cajita de música que no paraba de sonar una dulce melodía, al menos una de ellas era una sala de descanso donde pude estar tranquilo para descansar y comer algo en una máquina expendedora que había, aunque ¿serviría de algo por estar dentro de mi mente? ¿si dejaba de pensar en el cansancio y el hambre se esfumarían?, no quería darle vueltas al asunto así que me dispuse a seguir con la caminata, las paredes de los pasillos por los que pasaba iban cambiando poco a poco siendo estos de papel arrugado con palabras plasmadas los cuales eran fragmentos de mis pensamientos más profundos, ideas que nunca había completado, sueños que había dejado de lado.

La lógica se desvanecía; era como si mi mente hubiera construido este laberinto para algo y no sabía para que, era un lugar donde cada esquina escondía un nuevo dilema, a medida que avanzaba comencé a escuchar ecos de risas y llantos, voces conocidas que parecían llamarme. Eran los recuerdos de la infancia, de amigos y momentos felices, pero se desvanecían tan rápido como aparecían, finalmente llegue a una habitación que parecía familiar: un pequeño estudio con una ventana que daba a un paisaje deslumbrante, pero al acercarme, la ventana se desvaneció, estando frente a una pared en blanco. “¿Por qué no puedo salir de aquí?”…

Desesperado, me senté en el suelo, rodeado de sombras. Fue entonces cuando note algo brillante en el suelo frente a mí. Una llave dorada, la tomé, sintiendo su calor y su peso, y en ese instante comprendí que no estaba completamente atrapado. Con renovada determinación, me levanté y comencé a explorar nuevamente. La llave parecía guiarme, conduciéndome de habitación en habitación, cada vez más cerca de la salida. Pero no todo sería tan fácil, ya que una sombra terrorífica a la lejanía rompiendo bombillas de pasillos y habitaciones dejando todo a oscuras se aceraba rápidamente, en ese instante eche a correr como cuando en una película de terror el monstruo persigue al protagonista.

Finalmente gracias a la llave que me guiaba encontré la puerta donde encajaba pero por los nervios me costaba acertar para introducir la llave, en el último momento cuando aquella sombra estaba a punto de alcanzarme abrí la puerta revelando un pasillo iluminado que llevaba hacia la luz y salte dentro, tras unos momentos de silencio sentí una brisa fresca en mi rostro y la calidez del sol en la piel… por fin había salido de aquel laberinto, fuese lo que fuese esa entidad seguro que era lo que estaba causando que mis poderes estuvieran tan descontrolados y que mi mente estuviera así, nunca pensé que echaría tanto de menos el césped, el cielo, los árboles, etc... ya que creía que nunca saldría de allí, al menos todo seguía igual.

O eso pensaba ya que en los días que estuve en “letargo” todo a mi alrededor en x metros se había glitcheado e incluso trayendo criaturas monstruosas de otros planos, pero por suerte una vez volví se restauró todo a la normalidad, suspirando aliviado me puse en pie para volver a casa aunque lo extraño era que aquella música de la cajita se me había quedado grabada en la cabeza.*
https://www.youtube.com/watch?v=bY_EvbARc5Y
*Sin saber cuánto tiempo había pasado desde que me metí en este laberinto infinito, seguía avanzando por aquellos pasillos y habitaciones las cuales solo había locura en ellos… una con relojes que giraban al revés, otra donde las sillas estaban apiladas, como si alguien hubiera intentado escapar y fracaso, otra donde la habitación estaba del revés teniendo los muebles en el techo e incluso en una donde solo había una mesita con una cajita de música que no paraba de sonar una dulce melodía, al menos una de ellas era una sala de descanso donde pude estar tranquilo para descansar y comer algo en una máquina expendedora que había, aunque ¿serviría de algo por estar dentro de mi mente? ¿si dejaba de pensar en el cansancio y el hambre se esfumarían?, no quería darle vueltas al asunto así que me dispuse a seguir con la caminata, las paredes de los pasillos por los que pasaba iban cambiando poco a poco siendo estos de papel arrugado con palabras plasmadas los cuales eran fragmentos de mis pensamientos más profundos, ideas que nunca había completado, sueños que había dejado de lado. La lógica se desvanecía; era como si mi mente hubiera construido este laberinto para algo y no sabía para que, era un lugar donde cada esquina escondía un nuevo dilema, a medida que avanzaba comencé a escuchar ecos de risas y llantos, voces conocidas que parecían llamarme. Eran los recuerdos de la infancia, de amigos y momentos felices, pero se desvanecían tan rápido como aparecían, finalmente llegue a una habitación que parecía familiar: un pequeño estudio con una ventana que daba a un paisaje deslumbrante, pero al acercarme, la ventana se desvaneció, estando frente a una pared en blanco. “¿Por qué no puedo salir de aquí?”… Desesperado, me senté en el suelo, rodeado de sombras. Fue entonces cuando note algo brillante en el suelo frente a mí. Una llave dorada, la tomé, sintiendo su calor y su peso, y en ese instante comprendí que no estaba completamente atrapado. Con renovada determinación, me levanté y comencé a explorar nuevamente. La llave parecía guiarme, conduciéndome de habitación en habitación, cada vez más cerca de la salida. Pero no todo sería tan fácil, ya que una sombra terrorífica a la lejanía rompiendo bombillas de pasillos y habitaciones dejando todo a oscuras se aceraba rápidamente, en ese instante eche a correr como cuando en una película de terror el monstruo persigue al protagonista. Finalmente gracias a la llave que me guiaba encontré la puerta donde encajaba pero por los nervios me costaba acertar para introducir la llave, en el último momento cuando aquella sombra estaba a punto de alcanzarme abrí la puerta revelando un pasillo iluminado que llevaba hacia la luz y salte dentro, tras unos momentos de silencio sentí una brisa fresca en mi rostro y la calidez del sol en la piel… por fin había salido de aquel laberinto, fuese lo que fuese esa entidad seguro que era lo que estaba causando que mis poderes estuvieran tan descontrolados y que mi mente estuviera así, nunca pensé que echaría tanto de menos el césped, el cielo, los árboles, etc... ya que creía que nunca saldría de allí, al menos todo seguía igual. O eso pensaba ya que en los días que estuve en “letargo” todo a mi alrededor en x metros se había glitcheado e incluso trayendo criaturas monstruosas de otros planos, pero por suerte una vez volví se restauró todo a la normalidad, suspirando aliviado me puse en pie para volver a casa aunque lo extraño era que aquella música de la cajita se me había quedado grabada en la cabeza.* https://www.youtube.com/watch?v=bY_EvbARc5Y
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