Es en esta, la noche después de mil, que te recuerdo, mí adoración, mí esposo.

Bajo un dios que no conoció de misericordia, que las lágrimas teñidas de hierro le bañen sus monumentos. Las banderas se vistan carmesí en mí honor y no quede alma rota o incompleta que conociera algo más que la frente en la tierra. Este mundo está incompleto, salvaje, desagradable, y conocerán la gloria de la unificación, o la gloria de su asqueroso dios.
Es en esta, la noche después de mil, que te recuerdo, mí adoración, mí esposo. Bajo un dios que no conoció de misericordia, que las lágrimas teñidas de hierro le bañen sus monumentos. Las banderas se vistan carmesí en mí honor y no quede alma rota o incompleta que conociera algo más que la frente en la tierra. Este mundo está incompleto, salvaje, desagradable, y conocerán la gloria de la unificación, o la gloria de su asqueroso dios.
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