—Lo extraño...— Dijo en voz baja, mientras miraba hacia el extenso bosque desde aquel ventanal. Giovanni se había ido apenas un par de horas, pero para ella, eran una eternidad. Geri se acercó a buscarle los dedos con la nariz, mientras Freki, acostado junto a ella, movía la cola de un lado a otro, mirando solo al frente.-
—Lo extraño...— Dijo en voz baja, mientras miraba hacia el extenso bosque desde aquel ventanal. Giovanni se había ido apenas un par de horas, pero para ella, eran una eternidad. Geri se acercó a buscarle los dedos con la nariz, mientras Freki, acostado junto a ella, movía la cola de un lado a otro, mirando solo al frente.-
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