#BitchLife
El reloj pronto marcará las doce del día y Nathan sale del club como un fantasma en plena luz, el cabello revuelto y ojeras que apenas logra disimular. A pesar del cansancio, no tiene intención de detenerse, y su cuerpo lo sabe.
Con el sol colándose entre los edificios, saca de su bolso una lata de Monster, vierte un tanto en el suelo, para hacer espacio para la vaciarle dentro una botellita miniatura de vodka, su combustible improvisado para sobrevivir las siguientes horas. Da un trago largo, sintiendo la mezcla recorrer su cuerpo, buscando el impulso que necesita para no desmayarse en medio de la calle.
Hoy, tiene que llegar al bar y cumplir con el compromiso que hizo con el dueño, aunque su mente está en una especie de neblina.
Se ajusta la chaqueta, enciende su vape de fresa, y con una sonrisa agotada pero resuelta, se encamina hacia su próximo destino como si su día apenas comenzara.
El reloj pronto marcará las doce del día y Nathan sale del club como un fantasma en plena luz, el cabello revuelto y ojeras que apenas logra disimular. A pesar del cansancio, no tiene intención de detenerse, y su cuerpo lo sabe.
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Hoy, tiene que llegar al bar y cumplir con el compromiso que hizo con el dueño, aunque su mente está en una especie de neblina.
Se ajusta la chaqueta, enciende su vape de fresa, y con una sonrisa agotada pero resuelta, se encamina hacia su próximo destino como si su día apenas comenzara.
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Con el sol colándose entre los edificios, saca de su bolso una lata de Monster, vierte un tanto en el suelo, para hacer espacio para la vaciarle dentro una botellita miniatura de vodka, su combustible improvisado para sobrevivir las siguientes horas. Da un trago largo, sintiendo la mezcla recorrer su cuerpo, buscando el impulso que necesita para no desmayarse en medio de la calle.
Hoy, tiene que llegar al bar y cumplir con el compromiso que hizo con el dueño, aunque su mente está en una especie de neblina.
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