Simplemente; Mustang.
Fandom Crossover
Categoría Crossover
En el lujoso hotel Morningstar, donde el brillo de las luces se entrelaza con la penumbra de secretos inconfesables, Frey Mustang se presenta como un enigma viviente. Su figura esbelta y su porte elegante atraen miradas furtivas, mientras su mirada, fría y penetrante, examina cada rincón del vestíbulo. El suave murmullo de conversaciones se mezcla con el tintineo de copas de cristal, creando una sinfonía de intriga que envuelve el ambiente.
Frey es un mercenario, un maestro en el arte de la manipulación y la seducción. Cada paso que da resuena con una confianza inquebrantable, y su sonrisa, una mezcla de encanto y peligro, deja a los presentes en un estado de fascinación. Se detiene frente a la barra, donde un grupo de hombres de negocios discute en voz baja sobre un trato turbio. “¿Qué tal si hablamos de cifras en un lugar más privado?” sugiere, su voz suave como el terciopelo. La tensión se hace palpable; saben que están ante alguien que no se detiene ante nada.
Entre los presentes, una mujer llamada Elara lo observa con interés. Conocida por sus habilidades como informante, ella es consciente de que Frey puede ser tanto un aliado como un rival. “¿Qué sabes sobre el cargamento que llega esta semana?” pregunta, intrigada pero cautelosa. Frey se inclina hacia ella, dejando que su aliento roce su piel. “Suficiente para hacerte sentir segura... o muy expuesta,” responde con una sonrisa enigmática.
Mientras las luces del bar titilan, Frey lanza miradas furtivas a los mafiosos en una esquina y a los agentes encubiertos que intentan pasar desapercibidos. Cada uno representa una pieza en el tablero de ajedrez que ha decidido jugar esta noche. Su mente trabaja rápidamente, evaluando riesgos y oportunidades.

En la terraza del hotel, bajo un cielo estrellado que parece observar cada movimiento humano, se encuentra con Viktor, un viejo compañero y ex-soldado con conexiones peligrosas. “Necesito información sobre el trato que está por cerrarse,” le dice Frey sin rodeos. Viktor asiente, sabiendo que traicionar a Frey podría ser fatal. “Te lo conseguiré... pero a cambio, necesito tu ayuda en un asunto personal.”
Frey sonríe, disfrutando del juego de poder. “Siempre estoy dispuesto a ayudar a un amigo,” responde mientras su mente calcula cómo utilizar esta nueva información para sus propios fines.
A medida que avanza la noche, el ambiente se vuelve más tenso. Un grito lejano resuena y las luces parpadean; algo está por estallar. Frey observa con calma mientras el caos comienza a desarrollarse a su alrededor. En ese momento, sabe que ha llegado la hora de actuar.
Con astucia y agilidad, se mueve entre los presentes, siempre un paso adelante. En el hotel Morningstar, donde cada sombra puede ser un aliado o un enemigo, Frey Mustang es el maestro del juego. Y esta noche, como siempre, está decidido a salir victorioso.
Los murmullos crecen más intensos; algo ha cambiado en la atmósfera. Con cada paso hacia la sala privada donde se lleva a cabo la negociación clandestina, Frey siente la adrenalina fluir por sus venas. Se detiene frente a la puerta decorada con intrincados grabados dorados y respira hondo.
“Es hora de jugar,” murmura para sí mismo antes de abrir la puerta con una sonrisa seductora que oculta sus verdaderas intenciones. La noche apenas comienza y él está listo para escribir su propia historia entre las sombras del Morningstar.
En el lujoso hotel Morningstar, donde el brillo de las luces se entrelaza con la penumbra de secretos inconfesables, Frey Mustang se presenta como un enigma viviente. Su figura esbelta y su porte elegante atraen miradas furtivas, mientras su mirada, fría y penetrante, examina cada rincón del vestíbulo. El suave murmullo de conversaciones se mezcla con el tintineo de copas de cristal, creando una sinfonía de intriga que envuelve el ambiente. Frey es un mercenario, un maestro en el arte de la manipulación y la seducción. Cada paso que da resuena con una confianza inquebrantable, y su sonrisa, una mezcla de encanto y peligro, deja a los presentes en un estado de fascinación. Se detiene frente a la barra, donde un grupo de hombres de negocios discute en voz baja sobre un trato turbio. “¿Qué tal si hablamos de cifras en un lugar más privado?” sugiere, su voz suave como el terciopelo. La tensión se hace palpable; saben que están ante alguien que no se detiene ante nada. Entre los presentes, una mujer llamada Elara lo observa con interés. Conocida por sus habilidades como informante, ella es consciente de que Frey puede ser tanto un aliado como un rival. “¿Qué sabes sobre el cargamento que llega esta semana?” pregunta, intrigada pero cautelosa. Frey se inclina hacia ella, dejando que su aliento roce su piel. “Suficiente para hacerte sentir segura... o muy expuesta,” responde con una sonrisa enigmática. Mientras las luces del bar titilan, Frey lanza miradas furtivas a los mafiosos en una esquina y a los agentes encubiertos que intentan pasar desapercibidos. Cada uno representa una pieza en el tablero de ajedrez que ha decidido jugar esta noche. Su mente trabaja rápidamente, evaluando riesgos y oportunidades. En la terraza del hotel, bajo un cielo estrellado que parece observar cada movimiento humano, se encuentra con Viktor, un viejo compañero y ex-soldado con conexiones peligrosas. “Necesito información sobre el trato que está por cerrarse,” le dice Frey sin rodeos. Viktor asiente, sabiendo que traicionar a Frey podría ser fatal. “Te lo conseguiré... pero a cambio, necesito tu ayuda en un asunto personal.” Frey sonríe, disfrutando del juego de poder. “Siempre estoy dispuesto a ayudar a un amigo,” responde mientras su mente calcula cómo utilizar esta nueva información para sus propios fines. A medida que avanza la noche, el ambiente se vuelve más tenso. Un grito lejano resuena y las luces parpadean; algo está por estallar. Frey observa con calma mientras el caos comienza a desarrollarse a su alrededor. En ese momento, sabe que ha llegado la hora de actuar. Con astucia y agilidad, se mueve entre los presentes, siempre un paso adelante. En el hotel Morningstar, donde cada sombra puede ser un aliado o un enemigo, Frey Mustang es el maestro del juego. Y esta noche, como siempre, está decidido a salir victorioso. Los murmullos crecen más intensos; algo ha cambiado en la atmósfera. Con cada paso hacia la sala privada donde se lleva a cabo la negociación clandestina, Frey siente la adrenalina fluir por sus venas. Se detiene frente a la puerta decorada con intrincados grabados dorados y respira hondo. “Es hora de jugar,” murmura para sí mismo antes de abrir la puerta con una sonrisa seductora que oculta sus verdaderas intenciones. La noche apenas comienza y él está listo para escribir su propia historia entre las sombras del Morningstar.
Tipo
Individual
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