Encontrar evidencias de aquello que nunca se había escuchado era más difícil de lo que se creía, tras una conversación con Rhysand, Amren había buscado junto con Varian en diferentes bibliotecas de Prythean si era posible un lazo que envolviera a más de dos personas, sin éxito, ninguno de los dos habían encontrado nada, si bien es cierto en algunos escritos se dejaba entre ver qué no era imposible y que el lazo ocurría por los azares del caldero, Amren no descartó la idea de que el caldero estuviera castigando a cierta persona.

Copa de vino en mano, la alta fae recapitula a todo lo que había leído y releído y sentía pena por la mayor de las Archeron, sobre todo cuando hacía poco que le habían dado la bienvenida a la Corte Noche, sintió que no era justo lo que les sucedía a las tres hermanas.

Saliendo al balcón de su apartamento se apoyó en la baranda de este.

— Deberíamos empezar a tratarlo como algo normal y entenderlo antes que ser unos alarmistas.

Pronunció con aquel peculiar acento suyo antes de que Varian la mirase desde las espaldas de la morena.

— Somos egoístas al interferir en un lazo que no es nuestro, a veces los lazos salen tan mal que incluso un de los dos partes acaba en un muy mal estado... Si bien es una anomalía ¿Quienes somos nosotros para interferir en el dichoso vínculo?

Varían miró a su pareja e inclinó la cabeza a un lado, una leve sonrisa apareció en sus labios.

— Sí, debemos apoyar a las hermanas de nuestra Alta Lady, son recién llegadas a nuestro mundo pero ya son mujeres adultas, que decidan ellas.

Amren se giró hacia su pareja y este le rodeó la cintura con sus manos y besó aquellos rojos labios.

— Deberíamos de hablar con Nesta Archeron y Azriel, al menos así entenderemos un poco mejor su sufrimiento y podremos ayudarles mejor.

Varían apoyó el mentón en la cabeza de Amren, y está abrazó con una mano a su pareja, pues con la otra sujetaba la copa de vino.

— Iré a la Casa del Viento.
Encontrar evidencias de aquello que nunca se había escuchado era más difícil de lo que se creía, tras una conversación con Rhysand, Amren había buscado junto con Varian en diferentes bibliotecas de Prythean si era posible un lazo que envolviera a más de dos personas, sin éxito, ninguno de los dos habían encontrado nada, si bien es cierto en algunos escritos se dejaba entre ver qué no era imposible y que el lazo ocurría por los azares del caldero, Amren no descartó la idea de que el caldero estuviera castigando a cierta persona. Copa de vino en mano, la alta fae recapitula a todo lo que había leído y releído y sentía pena por la mayor de las Archeron, sobre todo cuando hacía poco que le habían dado la bienvenida a la Corte Noche, sintió que no era justo lo que les sucedía a las tres hermanas. Saliendo al balcón de su apartamento se apoyó en la baranda de este. — Deberíamos empezar a tratarlo como algo normal y entenderlo antes que ser unos alarmistas. Pronunció con aquel peculiar acento suyo antes de que Varian la mirase desde las espaldas de la morena. — Somos egoístas al interferir en un lazo que no es nuestro, a veces los lazos salen tan mal que incluso un de los dos partes acaba en un muy mal estado... Si bien es una anomalía ¿Quienes somos nosotros para interferir en el dichoso vínculo? Varían miró a su pareja e inclinó la cabeza a un lado, una leve sonrisa apareció en sus labios. — Sí, debemos apoyar a las hermanas de nuestra Alta Lady, son recién llegadas a nuestro mundo pero ya son mujeres adultas, que decidan ellas. Amren se giró hacia su pareja y este le rodeó la cintura con sus manos y besó aquellos rojos labios. — Deberíamos de hablar con Nesta Archeron y Azriel, al menos así entenderemos un poco mejor su sufrimiento y podremos ayudarles mejor. Varían apoyó el mentón en la cabeza de Amren, y está abrazó con una mano a su pareja, pues con la otra sujetaba la copa de vino. — Iré a la Casa del Viento.
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