ん𝘦𝘢𝘷𝘦𝘯'𝘴 𝘮𝘰𝘴𝘵 𝙩𝙚𝙧𝙧𝙞𝙛𝙞𝙮𝙞𝙣𝙜 𝘸𝘦𝘢𝘱𝘰𝘯.
w/: 𝕷𝖚𝖈𝖎𝖋𝖊𝖗 𝕸𝖔𝖗𝖓𝖎𝖓𝖌𝖘𝖙𝖆𝖗
De haberse percatado antes de la bondad del mayor de los Winchester, no habría perdido tanto tiempo en tratar de convencerlo para que aceptara ser su recipiente. No por nada, Dean y su hermano menor eran los juguetes favoritos de Dios, cada uno tenía una cualidad única que los hacía destacar por encima del resto de los humanos y por esa misma razón habían sido elegidos para contener a su respectivo arcángel, aunque de que no estuvieran en de acuerdo con eso, pocas cosas escapaban del control del creador.
No obstante, nada era sencillo con los Winchester. Antes de aceptar, antes de concederle permiso, Dean había procurado agregar la universalmente conocida "letra chica" a su contrato verbal.
A cambio de permitirle usar su cuerpo, le había pedido encontrar a Lucifer por él y encerrarlo, otra vez, en el infierno; lo consideraba un peligro para la humanidad y no estaba equivocado. Aunque en ese momento Michael habría prometido y jurado « en vano » lo que fuera con tal de conseguir su cometido, pero esa petición en particular lo había sorprendido aunque muy gratamente.
Sin dudar había aceptado, le dio su palabra de que se encargaría del más rebelde de sus hermanos, alegando que ya lo había hecho una vez y que podía hacerlo de nuevo. Después de todo ¿Que otra opción tenía? ¿Que podían hacer los hermanos Winchester y su ángel mascota frente al que alguna vez fue el favorito de Dios? Absolutamente nada.
Michael lo sabía y estaba ansioso por encontrar a su hermano aunque no precisamente para encerrarlo en esa jaula que habían preparado para él en las profundidades del averno.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀﹙. . .﹚
𝙻𝙾𝚂 𝙰𝙽𝙶𝙴𝙻𝙴𝚂, 𝙲𝙰𝙻𝙸𝙵𝙾𝚁𝙽𝙸𝙰.
𝟮𝟭:𝟯𝟮.
Habían pasado tres días desde que Michael se había apoderado de Dean y, aunque el mayor de los Winchester podía ver lo que estaba sucediendo a través de sus propios ojos, no podía controlar nada. Su cuerpo se movía a voluntad de Michael, no a la suya, y por mucho que intentara luchar contra ello, era inevitable, el arcángel era demasiado fuerte.
──Deja de luchar, Dean. Tenemos un trato. ── la voz de Michael era tranquila y severa a la vez. En ese momento no tenía paciencia para lidiar con el Winchester. ──Todo estara bien, recuperarás este cuerpo una vez que haya terminado con él.── Acotó con tal de tranquilizar al inquieto cazador para que lo dejara seguir con la búsqueda en paz.
Había ocupado las últimas horas en tratar de seguirle el rastro a su hermano. Tarea que se volvía difícil al no percibir su gracia, era evidente que no quería ser encontrado.
Continuó caminando por la avenida más transitada de la cuidad, camuflandose como un humano más entre el mar de gente que lo rodeaba.
Los carteles de neón, las luces de la calle en su máxima potencia y la música a todo volumen, no le decían mucho aunque tampoco sabía dónde comenzar a buscar. Lucifer podía estar en cualquier lugar y sin ocupar a su recipiente, podía ser cualquier persona por lo que debía estar atento.
Caminaba tan inmerso en sus propios pensamientos que no se percato que había empujado a alguien dándole un golpe con su hombro. Un golpe accidental considerando que era un arcángel pero Michael y las disculpas no iban de la mano, por lo que se quedo mirando al sujeto en el suelo mientras este lo insultaba hasta que alguien más le extendió una mano para ayudarlo a ponerse en pie.
Con las manos metidas en los bolsillos de la gabardina, siguió al sujeto con la mirada hasta que el hombre se unió a otros en una larga fila. Solo por curiosidad se acercó para ver que esperaban. La única vez que había visto algo similar había sido en el paraíso, cuando las almas se forman mientras aguardaban su juicio.
-"Bonito sombrero"- Una voz femenina habló detrás suyo para llamar su atención. Inmediatamente volteó para comprobar que estuvieran hablandole a él, pero no respondió al cumplido, no conversaba con los humanos porque si; solo lo hacía con los que valían la pena, por no decir que solo había hablando con los Winchester.
La joven lo observó por unos segundos hasta que asumió que no iba a obtener respuesta. -"¿Eres el último en la fila? Mis amigas no tardan en llegar y quiero reservarles un lugar."-
Michael puso los ojos en blanco, solo estaba perdiendo el tiempo. La ignoro y estuvo a punto de abandonar su lugar en la fila cuando escucho a dos personas delante de él hablando entre si.
-"Te digo que este tipo hace favores, te da lo que tú quieras. Cumple cualquier cosa, prácticamente hace milagros y no pide dinero, solo pide un favor a cambio y es todo"- Pese al entusiasmo con el que hablaba, su acompañante no parecía estar muy convencido pero fue suficiente para llamar la atención de Michael que volvió a girarse y avanzar en la fila junto al resto.
Podía tratarse de un farsante, por supuesto que si o también podría tratarse de su hermano haciendo de las suyas, de cualquier manera estaba a punto de averiguarlo.
De haberse percatado antes de la bondad del mayor de los Winchester, no habría perdido tanto tiempo en tratar de convencerlo para que aceptara ser su recipiente. No por nada, Dean y su hermano menor eran los juguetes favoritos de Dios, cada uno tenía una cualidad única que los hacía destacar por encima del resto de los humanos y por esa misma razón habían sido elegidos para contener a su respectivo arcángel, aunque de que no estuvieran en de acuerdo con eso, pocas cosas escapaban del control del creador.
No obstante, nada era sencillo con los Winchester. Antes de aceptar, antes de concederle permiso, Dean había procurado agregar la universalmente conocida "letra chica" a su contrato verbal.
A cambio de permitirle usar su cuerpo, le había pedido encontrar a Lucifer por él y encerrarlo, otra vez, en el infierno; lo consideraba un peligro para la humanidad y no estaba equivocado. Aunque en ese momento Michael habría prometido y jurado « en vano » lo que fuera con tal de conseguir su cometido, pero esa petición en particular lo había sorprendido aunque muy gratamente.
Sin dudar había aceptado, le dio su palabra de que se encargaría del más rebelde de sus hermanos, alegando que ya lo había hecho una vez y que podía hacerlo de nuevo. Después de todo ¿Que otra opción tenía? ¿Que podían hacer los hermanos Winchester y su ángel mascota frente al que alguna vez fue el favorito de Dios? Absolutamente nada.
Michael lo sabía y estaba ansioso por encontrar a su hermano aunque no precisamente para encerrarlo en esa jaula que habían preparado para él en las profundidades del averno.
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𝙻𝙾𝚂 𝙰𝙽𝙶𝙴𝙻𝙴𝚂, 𝙲𝙰𝙻𝙸𝙵𝙾𝚁𝙽𝙸𝙰.
𝟮𝟭:𝟯𝟮.
Habían pasado tres días desde que Michael se había apoderado de Dean y, aunque el mayor de los Winchester podía ver lo que estaba sucediendo a través de sus propios ojos, no podía controlar nada. Su cuerpo se movía a voluntad de Michael, no a la suya, y por mucho que intentara luchar contra ello, era inevitable, el arcángel era demasiado fuerte.
──Deja de luchar, Dean. Tenemos un trato. ── la voz de Michael era tranquila y severa a la vez. En ese momento no tenía paciencia para lidiar con el Winchester. ──Todo estara bien, recuperarás este cuerpo una vez que haya terminado con él.── Acotó con tal de tranquilizar al inquieto cazador para que lo dejara seguir con la búsqueda en paz.
Había ocupado las últimas horas en tratar de seguirle el rastro a su hermano. Tarea que se volvía difícil al no percibir su gracia, era evidente que no quería ser encontrado.
Continuó caminando por la avenida más transitada de la cuidad, camuflandose como un humano más entre el mar de gente que lo rodeaba.
Los carteles de neón, las luces de la calle en su máxima potencia y la música a todo volumen, no le decían mucho aunque tampoco sabía dónde comenzar a buscar. Lucifer podía estar en cualquier lugar y sin ocupar a su recipiente, podía ser cualquier persona por lo que debía estar atento.
Caminaba tan inmerso en sus propios pensamientos que no se percato que había empujado a alguien dándole un golpe con su hombro. Un golpe accidental considerando que era un arcángel pero Michael y las disculpas no iban de la mano, por lo que se quedo mirando al sujeto en el suelo mientras este lo insultaba hasta que alguien más le extendió una mano para ayudarlo a ponerse en pie.
Con las manos metidas en los bolsillos de la gabardina, siguió al sujeto con la mirada hasta que el hombre se unió a otros en una larga fila. Solo por curiosidad se acercó para ver que esperaban. La única vez que había visto algo similar había sido en el paraíso, cuando las almas se forman mientras aguardaban su juicio.
-"Bonito sombrero"- Una voz femenina habló detrás suyo para llamar su atención. Inmediatamente volteó para comprobar que estuvieran hablandole a él, pero no respondió al cumplido, no conversaba con los humanos porque si; solo lo hacía con los que valían la pena, por no decir que solo había hablando con los Winchester.
La joven lo observó por unos segundos hasta que asumió que no iba a obtener respuesta. -"¿Eres el último en la fila? Mis amigas no tardan en llegar y quiero reservarles un lugar."-
Michael puso los ojos en blanco, solo estaba perdiendo el tiempo. La ignoro y estuvo a punto de abandonar su lugar en la fila cuando escucho a dos personas delante de él hablando entre si.
-"Te digo que este tipo hace favores, te da lo que tú quieras. Cumple cualquier cosa, prácticamente hace milagros y no pide dinero, solo pide un favor a cambio y es todo"- Pese al entusiasmo con el que hablaba, su acompañante no parecía estar muy convencido pero fue suficiente para llamar la atención de Michael que volvió a girarse y avanzar en la fila junto al resto.
Podía tratarse de un farsante, por supuesto que si o también podría tratarse de su hermano haciendo de las suyas, de cualquier manera estaba a punto de averiguarlo.
w/: [diabolusrex666]
De haberse percatado antes de la bondad del mayor de los Winchester, no habría perdido tanto tiempo en tratar de convencerlo para que aceptara ser su recipiente. No por nada, Dean y su hermano menor eran los juguetes favoritos de Dios, cada uno tenía una cualidad única que los hacía destacar por encima del resto de los humanos y por esa misma razón habían sido elegidos para contener a su respectivo arcángel, aunque de que no estuvieran en de acuerdo con eso, pocas cosas escapaban del control del creador.
No obstante, nada era sencillo con los Winchester. Antes de aceptar, antes de concederle permiso, Dean había procurado agregar la universalmente conocida "letra chica" a su contrato verbal.
A cambio de permitirle usar su cuerpo, le había pedido encontrar a Lucifer por él y encerrarlo, otra vez, en el infierno; lo consideraba un peligro para la humanidad y no estaba equivocado. Aunque en ese momento Michael habría prometido y jurado « en vano » lo que fuera con tal de conseguir su cometido, pero esa petición en particular lo había sorprendido aunque muy gratamente.
Sin dudar había aceptado, le dio su palabra de que se encargaría del más rebelde de sus hermanos, alegando que ya lo había hecho una vez y que podía hacerlo de nuevo. Después de todo ¿Que otra opción tenía? ¿Que podían hacer los hermanos Winchester y su ángel mascota frente al que alguna vez fue el favorito de Dios? Absolutamente nada.
Michael lo sabía y estaba ansioso por encontrar a su hermano aunque no precisamente para encerrarlo en esa jaula que habían preparado para él en las profundidades del averno.
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𝙻𝙾𝚂 𝙰𝙽𝙶𝙴𝙻𝙴𝚂, 𝙲𝙰𝙻𝙸𝙵𝙾𝚁𝙽𝙸𝙰.
𝟮𝟭:𝟯𝟮.
Habían pasado tres días desde que Michael se había apoderado de Dean y, aunque el mayor de los Winchester podía ver lo que estaba sucediendo a través de sus propios ojos, no podía controlar nada. Su cuerpo se movía a voluntad de Michael, no a la suya, y por mucho que intentara luchar contra ello, era inevitable, el arcángel era demasiado fuerte.
──Deja de luchar, Dean. Tenemos un trato. ── la voz de Michael era tranquila y severa a la vez. En ese momento no tenía paciencia para lidiar con el Winchester. ──Todo estara bien, recuperarás este cuerpo una vez que haya terminado con él.── Acotó con tal de tranquilizar al inquieto cazador para que lo dejara seguir con la búsqueda en paz.
Había ocupado las últimas horas en tratar de seguirle el rastro a su hermano. Tarea que se volvía difícil al no percibir su gracia, era evidente que no quería ser encontrado.
Continuó caminando por la avenida más transitada de la cuidad, camuflandose como un humano más entre el mar de gente que lo rodeaba.
Los carteles de neón, las luces de la calle en su máxima potencia y la música a todo volumen, no le decían mucho aunque tampoco sabía dónde comenzar a buscar. Lucifer podía estar en cualquier lugar y sin ocupar a su recipiente, podía ser cualquier persona por lo que debía estar atento.
Caminaba tan inmerso en sus propios pensamientos que no se percato que había empujado a alguien dándole un golpe con su hombro. Un golpe accidental considerando que era un arcángel pero Michael y las disculpas no iban de la mano, por lo que se quedo mirando al sujeto en el suelo mientras este lo insultaba hasta que alguien más le extendió una mano para ayudarlo a ponerse en pie.
Con las manos metidas en los bolsillos de la gabardina, siguió al sujeto con la mirada hasta que el hombre se unió a otros en una larga fila. Solo por curiosidad se acercó para ver que esperaban. La única vez que había visto algo similar había sido en el paraíso, cuando las almas se forman mientras aguardaban su juicio.
-"Bonito sombrero"- Una voz femenina habló detrás suyo para llamar su atención. Inmediatamente volteó para comprobar que estuvieran hablandole a él, pero no respondió al cumplido, no conversaba con los humanos porque si; solo lo hacía con los que valían la pena, por no decir que solo había hablando con los Winchester.
La joven lo observó por unos segundos hasta que asumió que no iba a obtener respuesta. -"¿Eres el último en la fila? Mis amigas no tardan en llegar y quiero reservarles un lugar."-
Michael puso los ojos en blanco, solo estaba perdiendo el tiempo. La ignoro y estuvo a punto de abandonar su lugar en la fila cuando escucho a dos personas delante de él hablando entre si.
-"Te digo que este tipo hace favores, te da lo que tú quieras. Cumple cualquier cosa, prácticamente hace milagros y no pide dinero, solo pide un favor a cambio y es todo"- Pese al entusiasmo con el que hablaba, su acompañante no parecía estar muy convencido pero fue suficiente para llamar la atención de Michael que volvió a girarse y avanzar en la fila junto al resto.
Podía tratarse de un farsante, por supuesto que si o también podría tratarse de su hermano haciendo de las suyas, de cualquier manera estaba a punto de averiguarlo.
Tipo
Grupal
Líneas
Cualquier línea
Estado
Disponible