Mala noche
Fandom Multifandom
Categoría Drama
> Durante días, había convivido con aquel ser; tenías múltiples salidas y sus clases sobre las estrellas nunca cesaron; cada noche le visitaba, quedándose en su hogar hasta que el sol alumbraba. Permanecieron con esa rutina por mucho tiempo. Tanto Heinrich como Gorou, conocieron la vida del otro, siendo más unidos. El hecho de que todas sus reuniones sean meramente enseñanza, provoca que ésta sea totalmente distinta. Heinrich le había invitado a dormir sin algo de por medio, solo pasar una noche tranquila. Aquello emocionó al híbrido. Los sentimientos hacia el mayor nunca se apagaron, al contrario, crecieron conforme pasaba el tiempo junto al vampiro; nunca sintió miedo hacia él, sino una enorme admiración y extraño amor.

> A las horas ya se encontraba en el hogar ajeno; disfrutaron de una dulce cena, juegos agradables. Gorou llevó una laptop/computadora para ver películas con el mayor, algunas de terror y otras románticas. Pasó bastante tiempo, el híbrido estaba agotado; nunca tuvo la costumbre de desvelarse. Se cambió, vistiendo una clase de kimono celeste; la libertad que brindaba a su cola era fantástica. Se recostó en la cama junto al pelirrojo. Anteriormente había dormido en la misma cama, así que sus nervios por ello disminuyeron, aunque algo de ellos siguen ahí.

— Fue una linda noche; gracias por esto. Hay que repetirlo, me divertí mucho. El tiempo a tu lado acelera mi corazón, es hermoso; no hay que dejar de estar juntos sin un estudio de por medio, solo pasar una tarde disfrutando de nuestra compañía. Descansa, Heinrich.

> Abrazó su cola, como si fuese un peluche. No demoró en quedar plácidamente dormido; la noche estaba tranquila, hasta que escuchó murmullos, que fueron aumentando en volumen; también sintió movimientos bruscos; se despertó por ello, asustado, creía que alguien entró a la casa para robar o atacar a Heinrich. Se levantó precipitado; su temor cambió a notable preocupación: era el vampiro quien se retorcía. Lo tocó por el hombro, sacudiendo un poco su cuerpo para despertarlo.

— Oye, ¿qué tienes? ¿Qué pasa? ¡Heinrich, despierta!
> Durante días, había convivido con aquel ser; tenías múltiples salidas y sus clases sobre las estrellas nunca cesaron; cada noche le visitaba, quedándose en su hogar hasta que el sol alumbraba. Permanecieron con esa rutina por mucho tiempo. Tanto Heinrich como Gorou, conocieron la vida del otro, siendo más unidos. El hecho de que todas sus reuniones sean meramente enseñanza, provoca que ésta sea totalmente distinta. Heinrich le había invitado a dormir sin algo de por medio, solo pasar una noche tranquila. Aquello emocionó al híbrido. Los sentimientos hacia el mayor nunca se apagaron, al contrario, crecieron conforme pasaba el tiempo junto al vampiro; nunca sintió miedo hacia él, sino una enorme admiración y extraño amor. > A las horas ya se encontraba en el hogar ajeno; disfrutaron de una dulce cena, juegos agradables. Gorou llevó una laptop/computadora para ver películas con el mayor, algunas de terror y otras románticas. Pasó bastante tiempo, el híbrido estaba agotado; nunca tuvo la costumbre de desvelarse. Se cambió, vistiendo una clase de kimono celeste; la libertad que brindaba a su cola era fantástica. Se recostó en la cama junto al pelirrojo. Anteriormente había dormido en la misma cama, así que sus nervios por ello disminuyeron, aunque algo de ellos siguen ahí. — Fue una linda noche; gracias por esto. Hay que repetirlo, me divertí mucho. El tiempo a tu lado acelera mi corazón, es hermoso; no hay que dejar de estar juntos sin un estudio de por medio, solo pasar una tarde disfrutando de nuestra compañía. Descansa, Heinrich. > Abrazó su cola, como si fuese un peluche. No demoró en quedar plácidamente dormido; la noche estaba tranquila, hasta que escuchó murmullos, que fueron aumentando en volumen; también sintió movimientos bruscos; se despertó por ello, asustado, creía que alguien entró a la casa para robar o atacar a Heinrich. Se levantó precipitado; su temor cambió a notable preocupación: era el vampiro quien se retorcía. Lo tocó por el hombro, sacudiendo un poco su cuerpo para despertarlo. — Oye, ¿qué tienes? ¿Qué pasa? ¡Heinrich, despierta!
Tipo
Individual
Líneas
50
Estado
Disponible
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