Tras su caída al infierno tras la muerte, no le tomó demasiado encontrar su lugar y volverse una maravilla como la estrella de la más famosa proxeneta en el infierno, para la cual ahora trabajaba.
Su atractivo no sólo era su cuerpo bien formado, también aquellas majestuosas alas que parecían hipnotizar a todo el que las miraba cuando se presentaba pues, entre demonios que podían llegar a tener alas, ninguno se acercaba ni mínimamente a lo bellas que eran las suyas.
No hubo cartel, periódico, revista o anuncio que no lo involucrara como la estrella creciente de aquel pozo de libertinaje, haciendo resonar su nombre por todo el círculo del orgullo... Valentino.
Su atractivo no sólo era su cuerpo bien formado, también aquellas majestuosas alas que parecían hipnotizar a todo el que las miraba cuando se presentaba pues, entre demonios que podían llegar a tener alas, ninguno se acercaba ni mínimamente a lo bellas que eran las suyas.
No hubo cartel, periódico, revista o anuncio que no lo involucrara como la estrella creciente de aquel pozo de libertinaje, haciendo resonar su nombre por todo el círculo del orgullo... Valentino.
Tras su caída al infierno tras la muerte, no le tomó demasiado encontrar su lugar y volverse una maravilla como la estrella de la más famosa proxeneta en el infierno, para la cual ahora trabajaba.
Su atractivo no sólo era su cuerpo bien formado, también aquellas majestuosas alas que parecían hipnotizar a todo el que las miraba cuando se presentaba pues, entre demonios que podían llegar a tener alas, ninguno se acercaba ni mínimamente a lo bellas que eran las suyas.
No hubo cartel, periódico, revista o anuncio que no lo involucrara como la estrella creciente de aquel pozo de libertinaje, haciendo resonar su nombre por todo el círculo del orgullo... Valentino.