饾殑饾殫饾殜 饾殞饾殠饾殫饾殜 饾殜 饾殭饾殲饾殠饾殯饾殱饾殜饾殰 饾殜饾殝饾殥饾殠饾殯饾殱饾殜饾殰
La oscuridad del bosque envolvía mi casa, pero por primera vez en mucho tiempo, no me sentía solo. Hoy sería diferente. Había invitado a varios visitantes a compartir una cena, algo que no solía hacer. El simple pensamiento de tener compañía me llenaba de una mezcla de nervios y emoción, casi infantil.
La mesa estaba impecable, cada detalle cuidadosamente seleccionado. Desde los candelabros antiguos del siglo XVI hasta la vajilla con toques más modernos del siglo XX y la música clásica sonando de fondo. La luz de las velas llenaba la sala con un brillo cálido, casi acogedor. El aroma de la cena recién preparada se mezclaba con la leña que crepitaba en la chimenea. Era una bienvenida tangible a quienes cruzaran la puerta.
Me aseguré una y otra vez de que cada lugar estuviera perfectamente alineado, las sillas colocadas con precisión. ¿Estaba siendo demasiado meticuloso? Tal vez, pero la emoción de recibir visitas después de tanto tiempo hacía que quisiera que todo fuera perfecto.
La cena está servida, y las puertas están abiertas. ¿Quién será el primero en llegar?
La mesa estaba impecable, cada detalle cuidadosamente seleccionado. Desde los candelabros antiguos del siglo XVI hasta la vajilla con toques más modernos del siglo XX y la música clásica sonando de fondo. La luz de las velas llenaba la sala con un brillo cálido, casi acogedor. El aroma de la cena recién preparada se mezclaba con la leña que crepitaba en la chimenea. Era una bienvenida tangible a quienes cruzaran la puerta.
Me aseguré una y otra vez de que cada lugar estuviera perfectamente alineado, las sillas colocadas con precisión. ¿Estaba siendo demasiado meticuloso? Tal vez, pero la emoción de recibir visitas después de tanto tiempo hacía que quisiera que todo fuera perfecto.
La cena está servida, y las puertas están abiertas. ¿Quién será el primero en llegar?
La oscuridad del bosque envolvía mi casa, pero por primera vez en mucho tiempo, no me sentía solo. Hoy sería diferente. Había invitado a varios visitantes a compartir una cena, algo que no solía hacer. El simple pensamiento de tener compañía me llenaba de una mezcla de nervios y emoción, casi infantil.
La mesa estaba impecable, cada detalle cuidadosamente seleccionado. Desde los candelabros antiguos del siglo XVI hasta la vajilla con toques más modernos del siglo XX y la música clásica sonando de fondo. La luz de las velas llenaba la sala con un brillo cálido, casi acogedor. El aroma de la cena recién preparada se mezclaba con la leña que crepitaba en la chimenea. Era una bienvenida tangible a quienes cruzaran la puerta.
Me aseguré una y otra vez de que cada lugar estuviera perfectamente alineado, las sillas colocadas con precisión. ¿Estaba siendo demasiado meticuloso? Tal vez, pero la emoción de recibir visitas después de tanto tiempo hacía que quisiera que todo fuera perfecto.
La cena está servida, y las puertas están abiertas. ¿Quién será el primero en llegar?
Tipo
Grupal
L铆neas
5
Estado
Disponible