Desde que lo dejaron, algo en él se rompió. Para evitar el dolor, decidió enterrarse en su verdadero trabajo, dejando de lado las apariencias. Ser sicario para la mafia se convirtió en su única forma de escape. Ya no lo hacía por dinero ni por los viejos motivos. No le importaba. Se había transformado en una máquina de matar, usando la violencia como distracción, como si cada muerte fuese un paso más lejos de sus propios sentimientos.

Encargo tras encargo, cumplía cada misión sin titubear. No fallaba. Su reputación creció rápidamente entre aquellos que lo contrataban, pero para él, solo era un medio para mantener su mente ocupada. El dinero seguía acumulándose, suficiente para vivir meses sin preocupaciones, pero eso no le importaba.

Había dejado de ver su casa como un hogar. Solo la visitaba para lo esencial: comer y dormir lo necesario antes de volver a las calles. La noche, con su manto de oscuridad, era su compañera más fiel. La ciudad, vacía en las madrugadas, le ofrecía un refugio donde el tiempo parecía detenerse, donde podía perderse en su rutina, indiferente a todo, buscando la próxima distracción que lo mantuviera alejado del dolor que nunca desaparecía del todo.

//creo que llevare a hiro por aqui por ahora almenos..no se que hacer con el..
Desde que lo dejaron, algo en él se rompió. Para evitar el dolor, decidió enterrarse en su verdadero trabajo, dejando de lado las apariencias. Ser sicario para la mafia se convirtió en su única forma de escape. Ya no lo hacía por dinero ni por los viejos motivos. No le importaba. Se había transformado en una máquina de matar, usando la violencia como distracción, como si cada muerte fuese un paso más lejos de sus propios sentimientos. Encargo tras encargo, cumplía cada misión sin titubear. No fallaba. Su reputación creció rápidamente entre aquellos que lo contrataban, pero para él, solo era un medio para mantener su mente ocupada. El dinero seguía acumulándose, suficiente para vivir meses sin preocupaciones, pero eso no le importaba. Había dejado de ver su casa como un hogar. Solo la visitaba para lo esencial: comer y dormir lo necesario antes de volver a las calles. La noche, con su manto de oscuridad, era su compañera más fiel. La ciudad, vacía en las madrugadas, le ofrecía un refugio donde el tiempo parecía detenerse, donde podía perderse en su rutina, indiferente a todo, buscando la próxima distracción que lo mantuviera alejado del dolor que nunca desaparecía del todo. //creo que llevare a hiro por aqui por ahora almenos..no se que hacer con el..
0 turnos 0 maullidos 187 vistas
Patrocinados
Patrocinados