La noche en el club parecía transcurrir normal, al menos hasta que uno de los clientes que ya estaba bastante ebrio, pretendió propasarse con uno de los muchachos omega más jóvenes del local. Ante aquello Shinobu actuó sin más, protegiendo a su compañero pues aunque él también era un omega tenía algo más de fuerza, aguante y agilidad que estos, seguramente debido a que también era un hombre lobo, dato que obviamente nadie debía conocer.
La trifulca se acaloró y el cliente, un alfa, terminó por golpear el rostro del joven Shinobu con un vaso en la mano, exigiendo que debían ser ambos más obedientes y sumisos a su voluntad. Ante esto el muchacho no pretendía quedarse atrás y estuvo a punto de lanzarse a golpear al sujeto con una botella de cristal pero los compañeros lo detuvieron.
El resto de clientes del Host Club miraban atónitos la escena, así como el dañado rostro del chico.
-Asqueroso... Todos los alfas son iguales.- Replicó Shinobu en voz baja mientras se acercaba a pedir algo de hielo a la barra para ponerlo en su rostro.
La trifulca se acaloró y el cliente, un alfa, terminó por golpear el rostro del joven Shinobu con un vaso en la mano, exigiendo que debían ser ambos más obedientes y sumisos a su voluntad. Ante esto el muchacho no pretendía quedarse atrás y estuvo a punto de lanzarse a golpear al sujeto con una botella de cristal pero los compañeros lo detuvieron.
El resto de clientes del Host Club miraban atónitos la escena, así como el dañado rostro del chico.
-Asqueroso... Todos los alfas son iguales.- Replicó Shinobu en voz baja mientras se acercaba a pedir algo de hielo a la barra para ponerlo en su rostro.
La noche en el club parecía transcurrir normal, al menos hasta que uno de los clientes que ya estaba bastante ebrio, pretendió propasarse con uno de los muchachos omega más jóvenes del local. Ante aquello Shinobu actuó sin más, protegiendo a su compañero pues aunque él también era un omega tenía algo más de fuerza, aguante y agilidad que estos, seguramente debido a que también era un hombre lobo, dato que obviamente nadie debía conocer.
La trifulca se acaloró y el cliente, un alfa, terminó por golpear el rostro del joven Shinobu con un vaso en la mano, exigiendo que debían ser ambos más obedientes y sumisos a su voluntad. Ante esto el muchacho no pretendía quedarse atrás y estuvo a punto de lanzarse a golpear al sujeto con una botella de cristal pero los compañeros lo detuvieron.
El resto de clientes del Host Club miraban atónitos la escena, así como el dañado rostro del chico.
-Asqueroso... Todos los alfas son iguales.- Replicó Shinobu en voz baja mientras se acercaba a pedir algo de hielo a la barra para ponerlo en su rostro.