—De repente, se llevó una mano a la boca y es que del nerviosismo, apretaba tanto la mandíbula que los primeros dientes se le comenzaron a desprender. Y al caer el hechizo se rompía y revelaban su verdadero aspecto —
—De repente, se llevó una mano a la boca y es que del nerviosismo, apretaba tanto la mandíbula que los primeros dientes se le comenzaron a desprender. Y al caer el hechizo se rompía y revelaban su verdadero aspecto —