Aquel día había despertado por el canto de feliz cumpleaños de su familia y de el personal de la casa, el cual realmente era poco, estaba feliz, pues era el primer año después de mucho tiempo que no pasaba su cumpleaños sola y lejos de su hogar.

-Gracias no se tenían que molestar...

Dijo para después soplar la vela de aquel lindo pastel, sus padres eran modestos y tranquilo en algunos aspectos y en otros era todos unos nobles. Sobre todo su padre que había nacido en noble cuna y criado como tal.

El resto del día se la paso recibiendo obsequios que llegaban a su hogar, tanto de nobles como de amigos cercanos, estaba feliz, los preparativos para su fiesta se llevaron acabo, fue a entrenar, trabajo en el despacho de su padre y tras terminar todos sus pendientes fue a la cripta familiar, a dejarle un ramo de lirios bancos a su abuela, quien tambien cumpliría años ese día.

-Gracias por todo... Te extraño lamento no poder despedirme de ti, pero tu sabes, mejor que nadie las razones por las que me fui... Prometo ser una guardiana excepcional y sanar a nuestro pueblo como tu lo hiciste siempre... Tus zapatos son difíciles de llenar pero lo intentare...

Lexy estaba cansada y feliz, algunas lagrimas surcaron su rostro por la emotividad de la situación, ella como única heredera mujer con vida de los Selene era la elegida para ser la guardiana del conocimiento, sacerdotisa del templo sagrado y sanadora del reino Fae, demasiada responsabilidad. Sin embargo siempre fue su sueño y deseaba cumplir con su deber así como su abuela lo hizo toda la vida, incluso cubriéndola durante su ausencia, el luto para su abuela terminaría pronto y la joven con ahora 27 años de edad tendría que asumir el puesto que por años había anhelado.

-Feliz cumpleaños abuela... Te amo.

Dijo aquello mientras estaba sentado en una pequeña banca frente a la tumba.
Aquel día había despertado por el canto de feliz cumpleaños de su familia y de el personal de la casa, el cual realmente era poco, estaba feliz, pues era el primer año después de mucho tiempo que no pasaba su cumpleaños sola y lejos de su hogar. -Gracias no se tenían que molestar... Dijo para después soplar la vela de aquel lindo pastel, sus padres eran modestos y tranquilo en algunos aspectos y en otros era todos unos nobles. Sobre todo su padre que había nacido en noble cuna y criado como tal. El resto del día se la paso recibiendo obsequios que llegaban a su hogar, tanto de nobles como de amigos cercanos, estaba feliz, los preparativos para su fiesta se llevaron acabo, fue a entrenar, trabajo en el despacho de su padre y tras terminar todos sus pendientes fue a la cripta familiar, a dejarle un ramo de lirios bancos a su abuela, quien tambien cumpliría años ese día. -Gracias por todo... Te extraño lamento no poder despedirme de ti, pero tu sabes, mejor que nadie las razones por las que me fui... Prometo ser una guardiana excepcional y sanar a nuestro pueblo como tu lo hiciste siempre... Tus zapatos son difíciles de llenar pero lo intentare... Lexy estaba cansada y feliz, algunas lagrimas surcaron su rostro por la emotividad de la situación, ella como única heredera mujer con vida de los Selene era la elegida para ser la guardiana del conocimiento, sacerdotisa del templo sagrado y sanadora del reino Fae, demasiada responsabilidad. Sin embargo siempre fue su sueño y deseaba cumplir con su deber así como su abuela lo hizo toda la vida, incluso cubriéndola durante su ausencia, el luto para su abuela terminaría pronto y la joven con ahora 27 años de edad tendría que asumir el puesto que por años había anhelado. -Feliz cumpleaños abuela... Te amo. Dijo aquello mientras estaba sentado en una pequeña banca frente a la tumba.
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