—Aric había decidido visitar el mercado, iba de paso con las intenciones más calmadas, o al menos eso se juraba a sí mismo. Pero al ver a dos bandas de mercenarios con una tensión palpable en el aire, no pudo resistir la tentación de intervenir.—

"Un poco de diversión no le hace daño a nadie"—pensó, sonriendo para sí mismo.

—Sin pensarlo demasiado, sacó una pluma de su bolsillo. Las guardaba para ocasiones como esta, ya que desplegar sus alas llamaría demasiado la atención. Con un pequeño movimiento, dejó caer la pluma entre ellos.—

—La pluma, al caer entre las dos bandas de mercenarios, actuó como un catalizador inesperado. Su color brillante y la forma inusual captaron la atención de ambos grupos, que, al ver la pluma, la confundieron con un objeto mágico o un artefacto de valor, uno de los mercenarios no lo dudo y se dispuso a recogerla.—

—Este simple gesto provocó una serie de acusaciones. Cada banda comenzó a culparse mutuamente de haberla dejado caer o de intentar apropiarse de algo que no les pertenecía. Las tensiones acumuladas estallaron en gritos y empujones, mientras cada grupo se preparaba para defender su honor, dejando de lado cualquier razón y desatando el caos.—

—Aric, desde la distancia, observaba con una sonrisa divertida, disfrutando de cómo una pequeña acción suya podía desatar un torbellino de confusión.—

"Los problemas grandes son divertidos... cuando sabes cómo salir."
—Aric había decidido visitar el mercado, iba de paso con las intenciones más calmadas, o al menos eso se juraba a sí mismo. Pero al ver a dos bandas de mercenarios con una tensión palpable en el aire, no pudo resistir la tentación de intervenir.— "Un poco de diversión no le hace daño a nadie"—pensó, sonriendo para sí mismo. —Sin pensarlo demasiado, sacó una pluma de su bolsillo. Las guardaba para ocasiones como esta, ya que desplegar sus alas llamaría demasiado la atención. Con un pequeño movimiento, dejó caer la pluma entre ellos.— —La pluma, al caer entre las dos bandas de mercenarios, actuó como un catalizador inesperado. Su color brillante y la forma inusual captaron la atención de ambos grupos, que, al ver la pluma, la confundieron con un objeto mágico o un artefacto de valor, uno de los mercenarios no lo dudo y se dispuso a recogerla.— —Este simple gesto provocó una serie de acusaciones. Cada banda comenzó a culparse mutuamente de haberla dejado caer o de intentar apropiarse de algo que no les pertenecía. Las tensiones acumuladas estallaron en gritos y empujones, mientras cada grupo se preparaba para defender su honor, dejando de lado cualquier razón y desatando el caos.— —Aric, desde la distancia, observaba con una sonrisa divertida, disfrutando de cómo una pequeña acción suya podía desatar un torbellino de confusión.— "Los problemas grandes son divertidos... cuando sabes cómo salir."
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