<Mierda, mierda, mierda...>
Maldecía, por lo menos en su mente mientras aquellos listones, mezclados con las cadenas de brillo rosa, envolvían su cuerpo, gruñendo y removiéndose.
¿Qué había hecho?
Estaba arrepintiéndose desde el primer segundo y, para peor, fue él el propio culpable.
Maldecía, por lo menos en su mente mientras aquellos listones, mezclados con las cadenas de brillo rosa, envolvían su cuerpo, gruñendo y removiéndose.
¿Qué había hecho?
Estaba arrepintiéndose desde el primer segundo y, para peor, fue él el propio culpable.
<Mierda, mierda, mierda...>
Maldecía, por lo menos en su mente mientras aquellos listones, mezclados con las cadenas de brillo rosa, envolvían su cuerpo, gruñendo y removiéndose.
¿Qué había hecho?
Estaba arrepintiéndose desde el primer segundo y, para peor, fue él el propio culpable.