-La demonio caminaba con paso ligero por el sendero de madera, dejando que el viento otoñal acariciara su rostro y despeinara levemente su cabello corto. El susurro del viento se mezclaba con el crujido de las hojas bajo sus botas, mientras pequeños remolinos de colores revoloteaban a su alrededor. Cada hoja caída era un recordatorio de la estación de cambios, de finales y nuevos comienzos.-
"Qué bosque tan bonito y tranquilo…"
-murmuró para sí misma, su voz suave apenas audible entre el murmullo del viento-
"Tuve que viajar al menos dos horas lejos de la ciudad, pero valió totalmente la pena."
- Los cuernos verdes que adornaban su cabeza brillaban con destellos de luz al contacto con los suaves rayos del sol, que se colaban entre las ramas de los árboles. Su cola, se balanceaba de un lado a otro con un ritmo despreocupado, reflejando su tranquilidad. Mientras avanzaba, el entorno natural parecía recibirla con una calidez reconfortante, un contraste radical con el ajetreo y caos de su vida cotidiana.
Al llegar al otro extremo del puente, Star detuvo su marcha, tomando una pausa. Sus ojos se fijaron en el río que fluía con suavidad bajo sus pies. El sonido del agua, claro y constante, le proporcionaba una paz que pocas veces encontraba en la ciudad.-
"Este lugar es tan tranquilo que incluso me hizo olvidar lo problemática que era la ciudad"
-Comentó en voz baja, casi como si le hablara al río mismo, su mente vagando entre recuerdos recientes y antiguos-
"¿Por qué no me vine a vivir a un lugar lejos de lo urbano?"
-Se giró lentamente hacia el barandal del puente, apoyando ambos brazos sobre la madera ligeramente gastada, dejando caer su peso con un suspiro relajado. Sus dedos tamborileaban suavemente sobre la superficie, mientras su mirada se perdía en la corriente del río. Observaba cómo los peces nadaban contra el flujo del agua, pequeños destellos plateados que brillaban bajo el reflejo del sol.-
"Aunque… si no hubiese llegado hasta allí, no hubiese conocido a la gente que quiero"
-susurró para sí misma, su tono más suave ahora, casi melancólico-
"Quizás por algo llegué ahí, ¿no?"
-Una sonrisa ligera y casi imperceptible se dibujó en sus labios. Aunque la ciudad y todo lo que implicaba había sido un torbellino de problemas y desafíos, también le había dado conexiones importantes. Personas a las que ahora valoraba y amaba profundamente-
//Me dio un leve subidon de inspiración, banda. YIPPIE!
"Qué bosque tan bonito y tranquilo…"
-murmuró para sí misma, su voz suave apenas audible entre el murmullo del viento-
"Tuve que viajar al menos dos horas lejos de la ciudad, pero valió totalmente la pena."
- Los cuernos verdes que adornaban su cabeza brillaban con destellos de luz al contacto con los suaves rayos del sol, que se colaban entre las ramas de los árboles. Su cola, se balanceaba de un lado a otro con un ritmo despreocupado, reflejando su tranquilidad. Mientras avanzaba, el entorno natural parecía recibirla con una calidez reconfortante, un contraste radical con el ajetreo y caos de su vida cotidiana.
Al llegar al otro extremo del puente, Star detuvo su marcha, tomando una pausa. Sus ojos se fijaron en el río que fluía con suavidad bajo sus pies. El sonido del agua, claro y constante, le proporcionaba una paz que pocas veces encontraba en la ciudad.-
"Este lugar es tan tranquilo que incluso me hizo olvidar lo problemática que era la ciudad"
-Comentó en voz baja, casi como si le hablara al río mismo, su mente vagando entre recuerdos recientes y antiguos-
"¿Por qué no me vine a vivir a un lugar lejos de lo urbano?"
-Se giró lentamente hacia el barandal del puente, apoyando ambos brazos sobre la madera ligeramente gastada, dejando caer su peso con un suspiro relajado. Sus dedos tamborileaban suavemente sobre la superficie, mientras su mirada se perdía en la corriente del río. Observaba cómo los peces nadaban contra el flujo del agua, pequeños destellos plateados que brillaban bajo el reflejo del sol.-
"Aunque… si no hubiese llegado hasta allí, no hubiese conocido a la gente que quiero"
-susurró para sí misma, su tono más suave ahora, casi melancólico-
"Quizás por algo llegué ahí, ¿no?"
-Una sonrisa ligera y casi imperceptible se dibujó en sus labios. Aunque la ciudad y todo lo que implicaba había sido un torbellino de problemas y desafíos, también le había dado conexiones importantes. Personas a las que ahora valoraba y amaba profundamente-
//Me dio un leve subidon de inspiración, banda. YIPPIE!
-La demonio caminaba con paso ligero por el sendero de madera, dejando que el viento otoñal acariciara su rostro y despeinara levemente su cabello corto. El susurro del viento se mezclaba con el crujido de las hojas bajo sus botas, mientras pequeños remolinos de colores revoloteaban a su alrededor. Cada hoja caída era un recordatorio de la estación de cambios, de finales y nuevos comienzos.-
"Qué bosque tan bonito y tranquilo…"
-murmuró para sí misma, su voz suave apenas audible entre el murmullo del viento-
"Tuve que viajar al menos dos horas lejos de la ciudad, pero valió totalmente la pena."
- Los cuernos verdes que adornaban su cabeza brillaban con destellos de luz al contacto con los suaves rayos del sol, que se colaban entre las ramas de los árboles. Su cola, se balanceaba de un lado a otro con un ritmo despreocupado, reflejando su tranquilidad. Mientras avanzaba, el entorno natural parecía recibirla con una calidez reconfortante, un contraste radical con el ajetreo y caos de su vida cotidiana.
Al llegar al otro extremo del puente, Star detuvo su marcha, tomando una pausa. Sus ojos se fijaron en el río que fluía con suavidad bajo sus pies. El sonido del agua, claro y constante, le proporcionaba una paz que pocas veces encontraba en la ciudad.-
"Este lugar es tan tranquilo que incluso me hizo olvidar lo problemática que era la ciudad"
-Comentó en voz baja, casi como si le hablara al río mismo, su mente vagando entre recuerdos recientes y antiguos-
"¿Por qué no me vine a vivir a un lugar lejos de lo urbano?"
-Se giró lentamente hacia el barandal del puente, apoyando ambos brazos sobre la madera ligeramente gastada, dejando caer su peso con un suspiro relajado. Sus dedos tamborileaban suavemente sobre la superficie, mientras su mirada se perdía en la corriente del río. Observaba cómo los peces nadaban contra el flujo del agua, pequeños destellos plateados que brillaban bajo el reflejo del sol.-
"Aunque… si no hubiese llegado hasta allí, no hubiese conocido a la gente que quiero"
-susurró para sí misma, su tono más suave ahora, casi melancólico-
"Quizás por algo llegué ahí, ¿no?"
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