—Ahh... Ya me siento agotado.

Se quedó trabajando mientras, prácticamente, todo el infierno dormía.
Una ventaja para él pues los cambios y las obras no se verían entorpecidos por la gente, al menos no por tanta como quienes trasnochaban a lo loco, igual que él.

Tomó asiento, necesitaba un respiro pues todo ese trabajo terminaba consumiendo buena parte de su energía, sumado a que su espalda seguía doliendo y era una tortura moverse, pero no podía simple y sencillamente quedar invalidado cuando fue su propia elección, aunque más le preocupaba no tener noticia alguna desde que dio su regalo.
—Ahh... Ya me siento agotado. Se quedó trabajando mientras, prácticamente, todo el infierno dormía. Una ventaja para él pues los cambios y las obras no se verían entorpecidos por la gente, al menos no por tanta como quienes trasnochaban a lo loco, igual que él. Tomó asiento, necesitaba un respiro pues todo ese trabajo terminaba consumiendo buena parte de su energía, sumado a que su espalda seguía doliendo y era una tortura moverse, pero no podía simple y sencillamente quedar invalidado cuando fue su propia elección, aunque más le preocupaba no tener noticia alguna desde que dio su regalo.
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