> El cachorro rondaba por los amplios campos de un parque; en dicha zona, las personas eran escasas, a lo lejos visualizaba a unas que caminaban hacia la parte más "habitada" del lugar. Unos arbustos llamaron su atención, provocando que el híbrido, curioso, se acercase; las hojas se decoraban con bellas flores rosaceas. Al tomar una, múltiples mariposas brotaron de sus adentros, revoloteando a su alrededor; éste las miró con asombro, hasta que una se posó sobre su nariz.
— Oh, hola pequeñita, ¿qué buscas? Mi nariz no es una flor.
> Siguió mirándola, manteniendo sus orejas erguidas, en un estado de alerta. Claramente, un insecto no le haría daño, menos uno tan hermoso como ese; pero prevenía que alguna persona maliciosa quisiera atacarlas.
— Oh, hola pequeñita, ¿qué buscas? Mi nariz no es una flor.
> Siguió mirándola, manteniendo sus orejas erguidas, en un estado de alerta. Claramente, un insecto no le haría daño, menos uno tan hermoso como ese; pero prevenía que alguna persona maliciosa quisiera atacarlas.
> El cachorro rondaba por los amplios campos de un parque; en dicha zona, las personas eran escasas, a lo lejos visualizaba a unas que caminaban hacia la parte más "habitada" del lugar. Unos arbustos llamaron su atención, provocando que el híbrido, curioso, se acercase; las hojas se decoraban con bellas flores rosaceas. Al tomar una, múltiples mariposas brotaron de sus adentros, revoloteando a su alrededor; éste las miró con asombro, hasta que una se posó sobre su nariz.
— Oh, hola pequeñita, ¿qué buscas? Mi nariz no es una flor.
> Siguió mirándola, manteniendo sus orejas erguidas, en un estado de alerta. Claramente, un insecto no le haría daño, menos uno tan hermoso como ese; pero prevenía que alguna persona maliciosa quisiera atacarlas.