Sería imposible olvidar esa noche perpetua, carente de estrellas y con la brillante ausencia de la luna.

¿Cómo podría?

Se convirtieron en memorias imborrables e inmortales.

Lo recuerdo todo. Las mariposas incontables, posadas sobre ese eterno campo de rosas. Las estatuas, hermosas esculturas, partidas en pedazos de una forma tan violenta, bañadas en el carmesí de ese sanguinario campo de rosas.

¿Cómo podría olvidar a las mariposas? Pequeños angeles blancos. Diminutos glotones dispuestos a llevarse hasta la última gota de ese campo, hasta el último pétalo carmesí.

No puedo olvidarte, marcaste tu grandeza en mi piel. Son memorias inamovibles, instaladas como marcas de quemaduras en mi piel.
Sería imposible olvidar esa noche perpetua, carente de estrellas y con la brillante ausencia de la luna. ¿Cómo podría? Se convirtieron en memorias imborrables e inmortales. Lo recuerdo todo. Las mariposas incontables, posadas sobre ese eterno campo de rosas. Las estatuas, hermosas esculturas, partidas en pedazos de una forma tan violenta, bañadas en el carmesí de ese sanguinario campo de rosas. ¿Cómo podría olvidar a las mariposas? Pequeños angeles blancos. Diminutos glotones dispuestos a llevarse hasta la última gota de ese campo, hasta el último pétalo carmesí. No puedo olvidarte, marcaste tu grandeza en mi piel. Son memorias inamovibles, instaladas como marcas de quemaduras en mi piel.
Me encocora
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