Le habían llamado a primera hora de la mañana para llevar a cabo una misión, justo en ese mismo momento. Obviamente la mujer no respondió con el mejor de los comentarios, pues encima había dormido poco y esperaba tardar unas horas más en levantarse. Sin embargo... Al escuchar la cifra prometida cambió de parecer y, aún muerta de sueño, se presentó en el lugar acordado.

No hacía falta ser muy listo para darse cuenta de su aspecto malhumorado y medio dormido, así que convenía andarse con un poco más de cuidado que de costumbre a la hora de acercarse a ella.