[Oli.Helland] No estaba bien. No lo estaba, para nada. Cabizbaja, perdida en aquel mar de pensamientos e ideas que retorcían y jugaban cruelmente con su corazón, a duras penas lograba concretar el intercambio de neuronas que su cerebro creaba para así permitirle avanzar entre la multitud que la rodeaba. Los ojos de Hoshiko, llenos de lágrimas y dueños de una mirada extraviada, hacían de ella más que el reflejo de quien alguna vez supo ser. Distraída como iba y entre sollozos inaudibles para aquellos que caminaban a su lado como una gran masa, la chica frenó sus pasos al chocar contra alguien más. Sólo aquel había conseguido despertarla del horrible sueño, sólo esa persona fue capaz de que volviese en sí y, angustiada como estaba pero nerviosa como pocas veces, secó con brusquedad sus ojos para así disculparse. Al levantar la mirada intentó disimularlo mas le era imposible ocultar tanto dolor — No fue mi intención, disculpa —.