Las pesadillas de ese día lo asechan desde que pasó. Cada momento se repite en su cabeza haciendo bombo, retumbando dentro de él y haciendo temblar su mente.
Recuerda las caras de dolor de sus amigas, aquellas curanderas y brujas que en nombre de un "Dios", fueron quemadas a injusticia. Recuerda que desde ese día, odió ser un humano. Aunque ya no sabe quién es humano y quien es un monstruo a esta altura de su "vida".
Él solo devolvió lo que aquellos pueblerinos religiosos le hicieron a sus amigas, quería darles una cucharada de su propia medicina para que entiendan lo que se sentía ver morir seres queridos.
"¡MONSTRUO!".
"¡PECADOR!".
"¡DEMONIO!".
Recuerda todas las palabras que aquellos pueblerinos recitaron antes de morir quemados por el propio fuego que usaron para quemar a las brujas.
Con la sangre de aquellos pueblerinos, escribió su primera poesía, y desde ese momento, nació un mito, y también un nuevo camino que recorrer. Un camino que deseaba jamás haber transitado.
Recuerda las caras de dolor de sus amigas, aquellas curanderas y brujas que en nombre de un "Dios", fueron quemadas a injusticia. Recuerda que desde ese día, odió ser un humano. Aunque ya no sabe quién es humano y quien es un monstruo a esta altura de su "vida".
Él solo devolvió lo que aquellos pueblerinos religiosos le hicieron a sus amigas, quería darles una cucharada de su propia medicina para que entiendan lo que se sentía ver morir seres queridos.
"¡MONSTRUO!".
"¡PECADOR!".
"¡DEMONIO!".
Recuerda todas las palabras que aquellos pueblerinos recitaron antes de morir quemados por el propio fuego que usaron para quemar a las brujas.
Con la sangre de aquellos pueblerinos, escribió su primera poesía, y desde ese momento, nació un mito, y también un nuevo camino que recorrer. Un camino que deseaba jamás haber transitado.
Las pesadillas de ese día lo asechan desde que pasó. Cada momento se repite en su cabeza haciendo bombo, retumbando dentro de él y haciendo temblar su mente.
Recuerda las caras de dolor de sus amigas, aquellas curanderas y brujas que en nombre de un "Dios", fueron quemadas a injusticia. Recuerda que desde ese día, odió ser un humano. Aunque ya no sabe quién es humano y quien es un monstruo a esta altura de su "vida".
Él solo devolvió lo que aquellos pueblerinos religiosos le hicieron a sus amigas, quería darles una cucharada de su propia medicina para que entiendan lo que se sentía ver morir seres queridos.
"¡MONSTRUO!".
"¡PECADOR!".
"¡DEMONIO!".
Recuerda todas las palabras que aquellos pueblerinos recitaron antes de morir quemados por el propio fuego que usaron para quemar a las brujas.
Con la sangre de aquellos pueblerinos, escribió su primera poesía, y desde ese momento, nació un mito, y también un nuevo camino que recorrer. Un camino que deseaba jamás haber transitado.