❛ 𝙋𝙤𝙧𝙦𝙪𝙚 𝙣𝙤. ❜ Solían responder sus hermanos, impasibles ante la aniñada actitud del heredero. Se habían cansado de repetirle lo mismo, de articular palabras sin valor en los oídos del menor. Habían pasado las fronteras de lo físico en alguna que otra ocasión, arrastrando al niño lejos del rincón desde el que solía vigilar a la maldición de los Zen'in y él, cada vez menos inocente y más temerario, volvía.

Nunca se liberó de aquella afición por admirar lo que otros rechazaban, aún cuando su ego trenzó enredaderas de arrogantes costumbres y pretenciosos prejuicios. El paso de los años y la cercanía con los suyos habían hecho de él un hombre de actitud insostenible, volátil y torcido. Nadie podía divisar aquello que ocultaba su felina sonrisa, presente en cada situación que requería su influencia, independientemente de su naturaleza. No había testigos del colapso mental del vástago de Naobito, del mismo que se perdía entre pensamientos cuando tenía oportunidad, maquillando sus inseguridades con indiferencia y sobrestimación.

Porque para el mundo solo era él, pero en sus entrañas dormía el mismo azabache de mejillas apetecibles que se preguntaba. ❛ ¿𝙋𝙤𝙧 𝙦𝙪𝙚́ 𝙣𝙤? ❜
❛ 𝙋𝙤𝙧𝙦𝙪𝙚 𝙣𝙤. ❜ Solían responder sus hermanos, impasibles ante la aniñada actitud del heredero. Se habían cansado de repetirle lo mismo, de articular palabras sin valor en los oídos del menor. Habían pasado las fronteras de lo físico en alguna que otra ocasión, arrastrando al niño lejos del rincón desde el que solía vigilar a la maldición de los Zen'in y él, cada vez menos inocente y más temerario, volvía. Nunca se liberó de aquella afición por admirar lo que otros rechazaban, aún cuando su ego trenzó enredaderas de arrogantes costumbres y pretenciosos prejuicios. El paso de los años y la cercanía con los suyos habían hecho de él un hombre de actitud insostenible, volátil y torcido. Nadie podía divisar aquello que ocultaba su felina sonrisa, presente en cada situación que requería su influencia, independientemente de su naturaleza. No había testigos del colapso mental del vástago de Naobito, del mismo que se perdía entre pensamientos cuando tenía oportunidad, maquillando sus inseguridades con indiferencia y sobrestimación. Porque para el mundo solo era él, pero en sus entrañas dormía el mismo azabache de mejillas apetecibles que se preguntaba. ❛ ¿𝙋𝙤𝙧 𝙦𝙪𝙚́ 𝙣𝙤? ❜
Me gusta
Me encocora
7
0 turnos 0 maullidos 521 vistas
Patrocinados
Patrocinados