-En un paisaje sereno y lleno de vida, abrazado por montañas bajas, un río de aguas cristalinas fluía suavemente, como un susurro de la naturaleza en movimiento. El río, al encontrar su camino entre las rocas de diferentes tamaños esparcidas por su cauce, creaba pequeñas salpicaduras, rompiendo momentáneamente la calma con un sonido suave y rítmico. Los rayos del sol, filtrándose a través de los árboles altos y frondosos que adornaban las orillas, proyectaban un brillo dorado sobre la superficie del agua, creando destellos que bailaban al ritmo del corriente.
A la derecha del río, la orilla estaba cubierta por un césped verde vibrante, una alfombra natural que se extendía hasta encontrarse con un área rocosa. Allí, destacaba una gran roca, sobre la cual crecía un árbol solitario pero majestuoso. Sus raíces se aferraban con fuerza a la roca, mientras sus ramas se extendían hacia el cielo, coronadas por hojas que susurraban al viento.-

-En medio de este escenario natural, Star se encontraba sentada dentro del río, con sus rodillas recogidas contra su pecho, como si quisiera refugiarse en sí misma. El agua fría rodeaba sus tobillos, sus pies descalzos sentían la cosquilla que provocaba la corriente al fluir suavemente sobre ellos.
-No hacía mucho, simplemente observaba cómo los pequeños peces nadaban alrededor de ella, sus rápidos y erráticos movimientos eran casi hipnóticos. Sin embargo, la belleza y tranquilidad del entorno no lograban calmar su mente, que estaba lejos, perdida en pensamientos y sentimientos más profundos-

"Estos días sí que han estado muy aburridos..."

-Su voz se apagó en un suspiro, uno que cargaba la decepción. Lentamente, cruzo sus brazos por encima de sus rodillas y agachó la cabeza, escondiendo parte de su rostro y su expresión triste en estos-

"Sé siente... Muy solo..."

-Su cola se dejo caer bruscamente en el agua, causando que gran parte de esta salpicara lo que mojaria su espalda baja-

"Demonios...."

-En un paisaje sereno y lleno de vida, abrazado por montañas bajas, un río de aguas cristalinas fluía suavemente, como un susurro de la naturaleza en movimiento. El río, al encontrar su camino entre las rocas de diferentes tamaños esparcidas por su cauce, creaba pequeñas salpicaduras, rompiendo momentáneamente la calma con un sonido suave y rítmico. Los rayos del sol, filtrándose a través de los árboles altos y frondosos que adornaban las orillas, proyectaban un brillo dorado sobre la superficie del agua, creando destellos que bailaban al ritmo del corriente. A la derecha del río, la orilla estaba cubierta por un césped verde vibrante, una alfombra natural que se extendía hasta encontrarse con un área rocosa. Allí, destacaba una gran roca, sobre la cual crecía un árbol solitario pero majestuoso. Sus raíces se aferraban con fuerza a la roca, mientras sus ramas se extendían hacia el cielo, coronadas por hojas que susurraban al viento.- -En medio de este escenario natural, Star se encontraba sentada dentro del río, con sus rodillas recogidas contra su pecho, como si quisiera refugiarse en sí misma. El agua fría rodeaba sus tobillos, sus pies descalzos sentían la cosquilla que provocaba la corriente al fluir suavemente sobre ellos. -No hacía mucho, simplemente observaba cómo los pequeños peces nadaban alrededor de ella, sus rápidos y erráticos movimientos eran casi hipnóticos. Sin embargo, la belleza y tranquilidad del entorno no lograban calmar su mente, que estaba lejos, perdida en pensamientos y sentimientos más profundos- "Estos días sí que han estado muy aburridos..." -Su voz se apagó en un suspiro, uno que cargaba la decepción. Lentamente, cruzo sus brazos por encima de sus rodillas y agachó la cabeza, escondiendo parte de su rostro y su expresión triste en estos- "Sé siente... Muy solo..." -Su cola se dejo caer bruscamente en el agua, causando que gran parte de esta salpicara lo que mojaria su espalda baja- "Demonios...."
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