https://youtu.be/qPVJuRzS8UM?si=wy9QM0NIYNKhoJ-Y
Alastor dio una patada a la puerta del salón del trono dejando que el último guardia callera muerto a sus pies, la espada goteaba sangre y la giro en el aire para envainarla, a su frente estaba la reina Valisa que le miraba de manera altanera.
—Alastor...tu...eres...eres...un ser despreciable... ¡Traidor!
La mano de la reina fue hacia la cara de Alastor que estaba rígida, solo tenía una leve sonrisa. Paro la mano sujetando la muñeca que retorció. Arrancando un quejido a la reina.
—Cuando estabais encamada conmigo, no os parecía tan…despreciable.
La propino un puñetazo en el estómago y hubo un destello mandando a la noble contra una pared donde quedo encadenada con cadenas negras que atravesaron sus muñecas y tobillos.
—Vamos a jugar mi señora...—Saco un cuchillo que parecía tener el filo al rojo. —Te voy a proponer algo si me agrada tu respuesta...no pasara nada, si no me agrada…te hare gritar y no de la manera que te gusta...
Paso el filo cerca del ojo y de la cara no aplicando el hierro, pero si para que notara su calor, si ella se movía involuntariamente, podía incluso perder la vista.
—Abdica y dame el control del reino. Tus Serafinas están siendo derrotadas, y no creo que te, entusiasme saber lo que harán mis huestes con las que sobrevivan.
Paso el filo en el escote la armadura se deshacía a medida que pasada el candente hierro y la causaba alguna quemadura que obviamente hacia aposta, ya que su pulso era muy firme. Dejando sus pechos al descubierto.
—Solo tú puedes detener esta locura—Dijo con un tono de fingida pena. —La reina que las salvo de las huestes del invasor
—No puedo permitir entregarte este reino sería el caos...
—Issss, respuesta equivocada. —Puso la hoja ígnea de plano en uno de sus pechos. —Esperaba que fueras más lista...
Chasqueo los dedos y un orco trajo a una joven serafín apenas una adolescente.
—Bueno podemos hacerlo a la antigua, la tomo a ella y el trono seria mío por derecho.
El orco arranco toda la ropa de la serafín y la tiro a los pies de Alastor el cual la puso la bota en la espalda obligándola a estar tumbada.
—¡Livia! —La soberana forcejeo con las cadenas—Si la tocas un solo pelo...monstruo...
Alastor se llevó una mano al pecho ofendido.
—¿Monstruo? Eres tú quien prolonga la guerra y la que hará que su dulce hijita pague las consecuencias.... tu eres el monstruo aquí. No yo...
——————————————————————————————————
Alastor se sentó en el trono unos sirvientes limpiaban la sangre del suelo donde había estado encadenada la reina la princesa estaba en un profundo sueño preservada, por si la necesitaba.
—Al fin termino el caos comienza la época de paz bajo mi mano.
https://youtu.be/qPVJuRzS8UM?si=wy9QM0NIYNKhoJ-Y
Alastor dio una patada a la puerta del salón del trono dejando que el último guardia callera muerto a sus pies, la espada goteaba sangre y la giro en el aire para envainarla, a su frente estaba la reina Valisa que le miraba de manera altanera.
—Alastor...tu...eres...eres...un ser despreciable... ¡Traidor!
La mano de la reina fue hacia la cara de Alastor que estaba rígida, solo tenía una leve sonrisa. Paro la mano sujetando la muñeca que retorció. Arrancando un quejido a la reina.
—Cuando estabais encamada conmigo, no os parecía tan…despreciable.
La propino un puñetazo en el estómago y hubo un destello mandando a la noble contra una pared donde quedo encadenada con cadenas negras que atravesaron sus muñecas y tobillos.
—Vamos a jugar mi señora...—Saco un cuchillo que parecía tener el filo al rojo. —Te voy a proponer algo si me agrada tu respuesta...no pasara nada, si no me agrada…te hare gritar y no de la manera que te gusta...
Paso el filo cerca del ojo y de la cara no aplicando el hierro, pero si para que notara su calor, si ella se movía involuntariamente, podía incluso perder la vista.
—Abdica y dame el control del reino. Tus Serafinas están siendo derrotadas, y no creo que te, entusiasme saber lo que harán mis huestes con las que sobrevivan.
Paso el filo en el escote la armadura se deshacía a medida que pasada el candente hierro y la causaba alguna quemadura que obviamente hacia aposta, ya que su pulso era muy firme. Dejando sus pechos al descubierto.
—Solo tú puedes detener esta locura—Dijo con un tono de fingida pena. —La reina que las salvo de las huestes del invasor
—No puedo permitir entregarte este reino sería el caos...
—Issss, respuesta equivocada. —Puso la hoja ígnea de plano en uno de sus pechos. —Esperaba que fueras más lista...
Chasqueo los dedos y un orco trajo a una joven serafín apenas una adolescente.
—Bueno podemos hacerlo a la antigua, la tomo a ella y el trono seria mío por derecho.
El orco arranco toda la ropa de la serafín y la tiro a los pies de Alastor el cual la puso la bota en la espalda obligándola a estar tumbada.
—¡Livia! —La soberana forcejeo con las cadenas—Si la tocas un solo pelo...monstruo...
Alastor se llevó una mano al pecho ofendido.
—¿Monstruo? Eres tú quien prolonga la guerra y la que hará que su dulce hijita pague las consecuencias.... tu eres el monstruo aquí. No yo...
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Alastor se sentó en el trono unos sirvientes limpiaban la sangre del suelo donde había estado encadenada la reina la princesa estaba en un profundo sueño preservada, por si la necesitaba.
—Al fin termino el caos comienza la época de paz bajo mi mano.