El caballero tomó asiento en el campo de amapolas, su mirada fija en el horizonte, donde las nubes se cernían pesadamente como un presagio de la batalla inminente. El viento soplaba suave, acariciando las flores rojas que se mecían a su alrededor, contrastando con la pesada y oscura armadura que llevaba puesta. Era un momento de calma antes de la tormenta, un instante para recoger sus pensamientos antes de que el caos se desatara.

Mientras sus dedos enguantados rozaban una de las amapolas, el castaño cerró los ojos por un breve segundo, permitiéndose sentir la fragilidad de la flor bajo su tacto. Este pequeño rincón de paz parecía ajeno al mundo de violencia y destrucción que estaba a punto de enfrentar.

"En un lugar como este, es difícil imaginar que la guerra existe. Pero pronto, este suelo pacífico se teñirá de sangre, y estos colores vivos serán eclipsados por la sombra de la muerte."

Pensó, tomó una profunda bocanada de aire, dejando que la frescura del campo llenara sus pulmones. Sabía que no podía evitar lo que venía, pero en estos pocos momentos, podía permitirse una reflexión, un último pensamiento de esperanza antes de enfrentar la crudeza del combate.

"Que estas flores sean un recordatorio de lo que luchamos por proteger... o al menos haga que esta ilusión valga de algo."

Susurró para sí mismo.
El caballero tomó asiento en el campo de amapolas, su mirada fija en el horizonte, donde las nubes se cernían pesadamente como un presagio de la batalla inminente. El viento soplaba suave, acariciando las flores rojas que se mecían a su alrededor, contrastando con la pesada y oscura armadura que llevaba puesta. Era un momento de calma antes de la tormenta, un instante para recoger sus pensamientos antes de que el caos se desatara. Mientras sus dedos enguantados rozaban una de las amapolas, el castaño cerró los ojos por un breve segundo, permitiéndose sentir la fragilidad de la flor bajo su tacto. Este pequeño rincón de paz parecía ajeno al mundo de violencia y destrucción que estaba a punto de enfrentar. "En un lugar como este, es difícil imaginar que la guerra existe. Pero pronto, este suelo pacífico se teñirá de sangre, y estos colores vivos serán eclipsados por la sombra de la muerte." Pensó, tomó una profunda bocanada de aire, dejando que la frescura del campo llenara sus pulmones. Sabía que no podía evitar lo que venía, pero en estos pocos momentos, podía permitirse una reflexión, un último pensamiento de esperanza antes de enfrentar la crudeza del combate. "Que estas flores sean un recordatorio de lo que luchamos por proteger... o al menos haga que esta ilusión valga de algo." Susurró para sí mismo.
Me entristece
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