𝟮𝟴𝟭𝟱𝟬 𝗖𝗹𝗶𝗳𝗳𝘀𝗼𝗱𝗲 𝗗𝗿𝗶𝘃𝗲
Categoría Otros
* : Había anotado la dirección en un papel tan pronto llegó a casa, solo por precaución, pero durante las horas que dormito la dirección siguió firmemente en su cerebro. Despertó cerca de las seis de la mañana con la intención de darse una buena ducha antes de salir. Llevaba su raqueta y una extra metidas en sus respectivas fundas, descansando en el asiento de atrás de su coche, se subió al asiento del piloto colocándose el cinturón en un solo intento.

Se acomodó la gorra de baseball gracias al reflejo que proyectaba el espejo retrovisor y encendió el coche para conducir rumbo a la vivienda de Nina Riva.

Hizo dos paradas durante el trayecto, una para cargar más combustible y la siguiente para comprar una tarta de frutas, puesto que le sabía mal llegar con las manos vacías.

Iba calculando la hora, hasta que aparco justo cuando faltaban diez minutos para que el reloj marcara las siete.

Se cargó las raquetas al hombro, apoyó la tarta en una mano, y echó a andar hasta quedarse frente a la puerta de la mujer la cual golpeó con dos sonidos secos esperando pacientemente a que apareciera.
* : Había anotado la dirección en un papel tan pronto llegó a casa, solo por precaución, pero durante las horas que dormito la dirección siguió firmemente en su cerebro. Despertó cerca de las seis de la mañana con la intención de darse una buena ducha antes de salir. Llevaba su raqueta y una extra metidas en sus respectivas fundas, descansando en el asiento de atrás de su coche, se subió al asiento del piloto colocándose el cinturón en un solo intento. Se acomodó la gorra de baseball gracias al reflejo que proyectaba el espejo retrovisor y encendió el coche para conducir rumbo a la vivienda de Nina Riva. Hizo dos paradas durante el trayecto, una para cargar más combustible y la siguiente para comprar una tarta de frutas, puesto que le sabía mal llegar con las manos vacías. Iba calculando la hora, hasta que aparco justo cuando faltaban diez minutos para que el reloj marcara las siete. Se cargó las raquetas al hombro, apoyó la tarta en una mano, y echó a andar hasta quedarse frente a la puerta de la mujer la cual golpeó con dos sonidos secos esperando pacientemente a que apareciera.
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