A song of a lion and a wolf
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⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ 𝑇ℎ𝑒𝑟𝑒'𝑠 𝑎 𝑙𝑖𝑛𝑒 𝑡ℎ𝑎𝑡 𝑤𝑒’𝑙𝑙 𝑐𝑟𝑜𝑠𝑠
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ 𝐴𝑛𝑑 𝑡ℎ𝑒𝑟𝑒’𝑠 𝑛𝑜 𝑟𝑒𝑡𝑢𝑟𝑛
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀ 𝑇ℎ𝑒𝑟𝑒'𝑠 𝑎 𝑡𝑖𝑚𝑒 𝑎𝑛𝑑 𝑎 𝑝𝑙𝑎𝑐𝑒
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ 𝑁𝑜 𝑏𝑟𝑖𝑑𝑔𝑒𝑠 𝑙𝑒𝑓𝑡 𝑡𝑜 𝑏𝑢𝑟𝑛 𝑎𝑛𝑦𝑚𝑜𝑟𝑒
⤹ Rol con 𝙅𝘼𝙄𝙈𝙀 𝙇𝘼𝙉𝙉𝙄𝙎𝙏𝙀𝙍
—Robb Stark, primogénito de Lord Eddark y Lady Catelyn Stark, heredero de Invernalia y futuro Guardián del Norte. Eran palabras que lo llevaban persiguiendo desde pequeño. Eran palabras que cargaban con ellas una responsabilidad y un deber que debía cumplir a toda costa, algo que prometía una vida de infelicidad. Familia, deber, honor, las palabras de la casa de su madre resonaban a diario en su cabeza, eran las que dictaban cómo iría su vida: se casaría con una mujer a la que no amaría nunca; tendría hijos, un heredero que le sucediera a él; y nunca actuar en pos de sus deseos. Siempre lo había tenido claro, ningún momento de flaqueza, ninguno hasta aquel día en Invernalia…
Robert había llegado con toda su comitiva, pero el rey era lo que menos le importaba de todo al heredero de Invernalia. Había escuchado rumores, y los rumores eran Sansa hablando con todo aquel que podía sobre, mayormente, el príncipe Joffrey, pero también sobre su tío, Jaime Lannister, el Matareyes. Lo había descrito como uno de los hombres más apuestos de los Siete Reinos, pero las palabras de su hermana no hicieron justicia a lo que Robb vio cuando aquel caballero se retiró el yelmo. Por suerte, o por desgracia, Robert no tardó en acercarse a ellos y se vio obligado a poner su atención en el rey. No tuvo tanta suerte, sin embargo, la noche del banquete.
Había llevado a Arya a sus aposentos para que se acostase y volvía hacia el gran salón. Tuvo que atravesar el patio para poder hacerlo y fue entonces cuando vio a ser Jaime allí fuera, iluminado únicamente por la luz de la luna, una imagen que le hizo contener la respiración por completo, su primer y único momento de duda sobre sus responsabilidades como heredero. Le costó retirarse, volver al Gran Salón y fingir que no había pasado nada, rezando a los antiguos dioses y a los nuevos por que el Lannister no lo hubiese visto, pues se había quedado un buen tiempo contemplando al león. Se quedó completamente grabado en su retina, dudaba mucho poder quitarse de la cabeza semejante visión. La buena noticia era que no volvería a ver a aquel hombre nunca, quizá en la boda de Sansa y Joffrey, poco más. Cuán equivocado estaba.
La cadena de sucesos fue rápida. Su señor padre fue apresado, acusado de alta traición y el castigo era la muerte, no había vuelta atrás, debía marchar al sur con sus huestes y rescatar a su padre y sus hermanas. Convencer a sus vasallos de marchar junto a él no fue tan difícil como en un principio pensó que sería, pronto se vio envuelto en un conflicto bélico contra una de las casas más poderosas de Poniente. Pero Robb era astuto y muy inteligente, pronto demostró ser uno de los mejores estrategas de los Siete Reinos, consiguiendo engañar al mismísimo Tywin Lannister. La recompensa fue tener en su poder, a modo de rehén, a su primogénito, el hombre al que no creyó volver a ver, pero cuya imagen seguía grabada en su memoria como si lo hubiese visto la noche anterior. Jaime Lannister era ahora su prisionero.
Lo tenían en una jaula en solitario, vigilado las veinticuatro horas del día, pues su valor era incalculable, la moneda de cambio para liberar a su padre y sus hermanas. No contaba, sin embargo, con la ejecución de su padre, que cambió la naturaleza de aquella guerra por completo. Ya no se trataba de liberar a su familia, sino de también vengar a su señor padre. Sin embargo Jaime seguía siendo de gran utilidad para recuperar a Sansa y Arya, así que debía mantenerlo como prisionero, con vida, una decisión que, sin saberlo, le iba a costar cara.
Tenerlo tan cerca le había hecho revivir más que nunca aquella imagen del Guardia Real bañado en luz de luna en el patio de Invernalia, ahora era incapaz de apartarla de su mente. Por eso mismo se encontró, casi sin darse cuenta, de camino hacia la jaula del Lannister, acompañado únicamente por Viento Gris, ordenando a los guardias retirarse, quedándose a solas con él. Se mantuvo fuera de la prisión, mirando atento a Jaime, sin decir ni una palabra. Realmente no sabía qué narices estaba haciendo allí, qué lo había impulsado a presentarse ante él y qué lo mantenía allí clavado al suelo sin moverse ni mediar palabra. Pero allí estaba, contemplando como lo hizo meses atrás, aunque en una situación muy distinta—
Créditos de la imagen a iomhair en Tumblr: https://www.tumblr.com/iomhair/690879471120793600/asoiaf-rare-pairs-week-2022-enemies-to-lovers?source=share
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ 𝑇ℎ𝑒𝑟𝑒'𝑠 𝑎 𝑙𝑖𝑛𝑒 𝑡ℎ𝑎𝑡 𝑤𝑒’𝑙𝑙 𝑐𝑟𝑜𝑠𝑠
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ 𝐴𝑛𝑑 𝑡ℎ𝑒𝑟𝑒’𝑠 𝑛𝑜 𝑟𝑒𝑡𝑢𝑟𝑛
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀ 𝑇ℎ𝑒𝑟𝑒'𝑠 𝑎 𝑡𝑖𝑚𝑒 𝑎𝑛𝑑 𝑎 𝑝𝑙𝑎𝑐𝑒
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ 𝑁𝑜 𝑏𝑟𝑖𝑑𝑔𝑒𝑠 𝑙𝑒𝑓𝑡 𝑡𝑜 𝑏𝑢𝑟𝑛 𝑎𝑛𝑦𝑚𝑜𝑟𝑒
⤹ Rol con 𝙅𝘼𝙄𝙈𝙀 𝙇𝘼𝙉𝙉𝙄𝙎𝙏𝙀𝙍
—Robb Stark, primogénito de Lord Eddark y Lady Catelyn Stark, heredero de Invernalia y futuro Guardián del Norte. Eran palabras que lo llevaban persiguiendo desde pequeño. Eran palabras que cargaban con ellas una responsabilidad y un deber que debía cumplir a toda costa, algo que prometía una vida de infelicidad. Familia, deber, honor, las palabras de la casa de su madre resonaban a diario en su cabeza, eran las que dictaban cómo iría su vida: se casaría con una mujer a la que no amaría nunca; tendría hijos, un heredero que le sucediera a él; y nunca actuar en pos de sus deseos. Siempre lo había tenido claro, ningún momento de flaqueza, ninguno hasta aquel día en Invernalia…
Robert había llegado con toda su comitiva, pero el rey era lo que menos le importaba de todo al heredero de Invernalia. Había escuchado rumores, y los rumores eran Sansa hablando con todo aquel que podía sobre, mayormente, el príncipe Joffrey, pero también sobre su tío, Jaime Lannister, el Matareyes. Lo había descrito como uno de los hombres más apuestos de los Siete Reinos, pero las palabras de su hermana no hicieron justicia a lo que Robb vio cuando aquel caballero se retiró el yelmo. Por suerte, o por desgracia, Robert no tardó en acercarse a ellos y se vio obligado a poner su atención en el rey. No tuvo tanta suerte, sin embargo, la noche del banquete.
Había llevado a Arya a sus aposentos para que se acostase y volvía hacia el gran salón. Tuvo que atravesar el patio para poder hacerlo y fue entonces cuando vio a ser Jaime allí fuera, iluminado únicamente por la luz de la luna, una imagen que le hizo contener la respiración por completo, su primer y único momento de duda sobre sus responsabilidades como heredero. Le costó retirarse, volver al Gran Salón y fingir que no había pasado nada, rezando a los antiguos dioses y a los nuevos por que el Lannister no lo hubiese visto, pues se había quedado un buen tiempo contemplando al león. Se quedó completamente grabado en su retina, dudaba mucho poder quitarse de la cabeza semejante visión. La buena noticia era que no volvería a ver a aquel hombre nunca, quizá en la boda de Sansa y Joffrey, poco más. Cuán equivocado estaba.
La cadena de sucesos fue rápida. Su señor padre fue apresado, acusado de alta traición y el castigo era la muerte, no había vuelta atrás, debía marchar al sur con sus huestes y rescatar a su padre y sus hermanas. Convencer a sus vasallos de marchar junto a él no fue tan difícil como en un principio pensó que sería, pronto se vio envuelto en un conflicto bélico contra una de las casas más poderosas de Poniente. Pero Robb era astuto y muy inteligente, pronto demostró ser uno de los mejores estrategas de los Siete Reinos, consiguiendo engañar al mismísimo Tywin Lannister. La recompensa fue tener en su poder, a modo de rehén, a su primogénito, el hombre al que no creyó volver a ver, pero cuya imagen seguía grabada en su memoria como si lo hubiese visto la noche anterior. Jaime Lannister era ahora su prisionero.
Lo tenían en una jaula en solitario, vigilado las veinticuatro horas del día, pues su valor era incalculable, la moneda de cambio para liberar a su padre y sus hermanas. No contaba, sin embargo, con la ejecución de su padre, que cambió la naturaleza de aquella guerra por completo. Ya no se trataba de liberar a su familia, sino de también vengar a su señor padre. Sin embargo Jaime seguía siendo de gran utilidad para recuperar a Sansa y Arya, así que debía mantenerlo como prisionero, con vida, una decisión que, sin saberlo, le iba a costar cara.
Tenerlo tan cerca le había hecho revivir más que nunca aquella imagen del Guardia Real bañado en luz de luna en el patio de Invernalia, ahora era incapaz de apartarla de su mente. Por eso mismo se encontró, casi sin darse cuenta, de camino hacia la jaula del Lannister, acompañado únicamente por Viento Gris, ordenando a los guardias retirarse, quedándose a solas con él. Se mantuvo fuera de la prisión, mirando atento a Jaime, sin decir ni una palabra. Realmente no sabía qué narices estaba haciendo allí, qué lo había impulsado a presentarse ante él y qué lo mantenía allí clavado al suelo sin moverse ni mediar palabra. Pero allí estaba, contemplando como lo hizo meses atrás, aunque en una situación muy distinta—
Créditos de la imagen a iomhair en Tumblr: https://www.tumblr.com/iomhair/690879471120793600/asoiaf-rare-pairs-week-2022-enemies-to-lovers?source=share
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⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ 𝑇ℎ𝑒𝑟𝑒'𝑠 𝑎 𝑙𝑖𝑛𝑒 𝑡ℎ𝑎𝑡 𝑤𝑒’𝑙𝑙 𝑐𝑟𝑜𝑠𝑠
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ 𝐴𝑛𝑑 𝑡ℎ𝑒𝑟𝑒’𝑠 𝑛𝑜 𝑟𝑒𝑡𝑢𝑟𝑛
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀ 𝑇ℎ𝑒𝑟𝑒'𝑠 𝑎 𝑡𝑖𝑚𝑒 𝑎𝑛𝑑 𝑎 𝑝𝑙𝑎𝑐𝑒
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ 𝑁𝑜 𝑏𝑟𝑖𝑑𝑔𝑒𝑠 𝑙𝑒𝑓𝑡 𝑡𝑜 𝑏𝑢𝑟𝑛 𝑎𝑛𝑦𝑚𝑜𝑟𝑒
⤹ Rol con [KINGSL4YER]
—Robb Stark, primogénito de Lord Eddark y Lady Catelyn Stark, heredero de Invernalia y futuro Guardián del Norte. Eran palabras que lo llevaban persiguiendo desde pequeño. Eran palabras que cargaban con ellas una responsabilidad y un deber que debía cumplir a toda costa, algo que prometía una vida de infelicidad. Familia, deber, honor, las palabras de la casa de su madre resonaban a diario en su cabeza, eran las que dictaban cómo iría su vida: se casaría con una mujer a la que no amaría nunca; tendría hijos, un heredero que le sucediera a él; y nunca actuar en pos de sus deseos. Siempre lo había tenido claro, ningún momento de flaqueza, ninguno hasta aquel día en Invernalia…
Robert había llegado con toda su comitiva, pero el rey era lo que menos le importaba de todo al heredero de Invernalia. Había escuchado rumores, y los rumores eran Sansa hablando con todo aquel que podía sobre, mayormente, el príncipe Joffrey, pero también sobre su tío, Jaime Lannister, el Matareyes. Lo había descrito como uno de los hombres más apuestos de los Siete Reinos, pero las palabras de su hermana no hicieron justicia a lo que Robb vio cuando aquel caballero se retiró el yelmo. Por suerte, o por desgracia, Robert no tardó en acercarse a ellos y se vio obligado a poner su atención en el rey. No tuvo tanta suerte, sin embargo, la noche del banquete.
Había llevado a Arya a sus aposentos para que se acostase y volvía hacia el gran salón. Tuvo que atravesar el patio para poder hacerlo y fue entonces cuando vio a ser Jaime allí fuera, iluminado únicamente por la luz de la luna, una imagen que le hizo contener la respiración por completo, su primer y único momento de duda sobre sus responsabilidades como heredero. Le costó retirarse, volver al Gran Salón y fingir que no había pasado nada, rezando a los antiguos dioses y a los nuevos por que el Lannister no lo hubiese visto, pues se había quedado un buen tiempo contemplando al león. Se quedó completamente grabado en su retina, dudaba mucho poder quitarse de la cabeza semejante visión. La buena noticia era que no volvería a ver a aquel hombre nunca, quizá en la boda de Sansa y Joffrey, poco más. Cuán equivocado estaba.
La cadena de sucesos fue rápida. Su señor padre fue apresado, acusado de alta traición y el castigo era la muerte, no había vuelta atrás, debía marchar al sur con sus huestes y rescatar a su padre y sus hermanas. Convencer a sus vasallos de marchar junto a él no fue tan difícil como en un principio pensó que sería, pronto se vio envuelto en un conflicto bélico contra una de las casas más poderosas de Poniente. Pero Robb era astuto y muy inteligente, pronto demostró ser uno de los mejores estrategas de los Siete Reinos, consiguiendo engañar al mismísimo Tywin Lannister. La recompensa fue tener en su poder, a modo de rehén, a su primogénito, el hombre al que no creyó volver a ver, pero cuya imagen seguía grabada en su memoria como si lo hubiese visto la noche anterior. Jaime Lannister era ahora su prisionero.
Lo tenían en una jaula en solitario, vigilado las veinticuatro horas del día, pues su valor era incalculable, la moneda de cambio para liberar a su padre y sus hermanas. No contaba, sin embargo, con la ejecución de su padre, que cambió la naturaleza de aquella guerra por completo. Ya no se trataba de liberar a su familia, sino de también vengar a su señor padre. Sin embargo Jaime seguía siendo de gran utilidad para recuperar a Sansa y Arya, así que debía mantenerlo como prisionero, con vida, una decisión que, sin saberlo, le iba a costar cara.
Tenerlo tan cerca le había hecho revivir más que nunca aquella imagen del Guardia Real bañado en luz de luna en el patio de Invernalia, ahora era incapaz de apartarla de su mente. Por eso mismo se encontró, casi sin darse cuenta, de camino hacia la jaula del Lannister, acompañado únicamente por Viento Gris, ordenando a los guardias retirarse, quedándose a solas con él. Se mantuvo fuera de la prisión, mirando atento a Jaime, sin decir ni una palabra. Realmente no sabía qué narices estaba haciendo allí, qué lo había impulsado a presentarse ante él y qué lo mantenía allí clavado al suelo sin moverse ni mediar palabra. Pero allí estaba, contemplando como lo hizo meses atrás, aunque en una situación muy distinta—
Créditos de la imagen a iomhair en Tumblr: https://www.tumblr.com/iomhair/690879471120793600/asoiaf-rare-pairs-week-2022-enemies-to-lovers?source=share
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