Su corazón golpeando fuertemente en sus oídos, su pecho subía y bajaba al ritmo de su respiración agitada, estaba cansada de huir y prácticamente no sentía las piernas pero no paraba no sabia porque simplemente corría con un miedo inexplicable de ver a sus espaldas, no entendía ni siquiera en donde estada o de que corría pero la sola idea de voltear a averiguarlo me impulsaba a seguir corriendo.


Observe mi alrededor, esa parte del bosque me hacia sentir  como un simple bocadillo, con un atisbo de esperanza volteo al cielo solo para descubrir que aquella noche no había luna, estaba oscuro y estaba sola. Cuando pensé que no lo lograría pues casi podía sentir la respiración de quien la perseguía vi aquel pequeño lago y no lo pensé solo salte a el, el agua estaba helada y la noche era tan oscura que era imposible ver lo que se escondiera bajo la superficie, se quedo quieta esperando resistir a la falta de aire. Sin embargo fue imposible refugiarse para siempre, cuando mis pulmones  me exigieron tomar una bocanada de aire, sali del agua, siendo recibida por la mirada de unos ojos de un azul tan profundo que casi parecían negros, con una mirada profunda se clavaron en los mios. Observe al hombre de rostro inconfundible que se encontraba de pie sumergido en el agua hasta la mitad del pecho frente a mi, yo apenas si podía rosar con la punta de mis pies el fondo del lago, una sonrisa escalofriante se dibujo en el hermoso rostro masculino, la locura se había apoderado de el con la falta de su madre en el cielo, me rodeo con sus brazos apretandome contra de su firme pecho, erizando mi piel, un calor se apodero de mí, mi cuerpo no reaccionaba con miedo ante el sin embargo yo sabia perfectamente de quien se trataba y lo peligroso que era. 

-No podías escapar de mi por siempre Alexandra.- Hablo con voz profunda, cargada de una mezcla de deseo y un deje de burla, sin soltarme del todo subió un mano a mi mejilla dejando su pulgar sobre mis labios bajándolo suavemente. No me pude contener y deje escapar de mis labios su nombre, que sonó mas como un jadeo.


-Ian.... 

Desperté de golpe, con el corazón desbocado, sudando frio y completamente desorientada, mire a mi alrededor buscando al hombre que me tenia abrazada en mi sueños pero no había nadie. Me solté a llorar, justo está era la razón por la que odiaba dormir sola...
Su corazón golpeando fuertemente en sus oídos, su pecho subía y bajaba al ritmo de su respiración agitada, estaba cansada de huir y prácticamente no sentía las piernas pero no paraba no sabia porque simplemente corría con un miedo inexplicable de ver a sus espaldas, no entendía ni siquiera en donde estada o de que corría pero la sola idea de voltear a averiguarlo me impulsaba a seguir corriendo. Observe mi alrededor, esa parte del bosque me hacia sentir  como un simple bocadillo, con un atisbo de esperanza volteo al cielo solo para descubrir que aquella noche no había luna, estaba oscuro y estaba sola. Cuando pensé que no lo lograría pues casi podía sentir la respiración de quien la perseguía vi aquel pequeño lago y no lo pensé solo salte a el, el agua estaba helada y la noche era tan oscura que era imposible ver lo que se escondiera bajo la superficie, se quedo quieta esperando resistir a la falta de aire. Sin embargo fue imposible refugiarse para siempre, cuando mis pulmones  me exigieron tomar una bocanada de aire, sali del agua, siendo recibida por la mirada de unos ojos de un azul tan profundo que casi parecían negros, con una mirada profunda se clavaron en los mios. Observe al hombre de rostro inconfundible que se encontraba de pie sumergido en el agua hasta la mitad del pecho frente a mi, yo apenas si podía rosar con la punta de mis pies el fondo del lago, una sonrisa escalofriante se dibujo en el hermoso rostro masculino, la locura se había apoderado de el con la falta de su madre en el cielo, me rodeo con sus brazos apretandome contra de su firme pecho, erizando mi piel, un calor se apodero de mí, mi cuerpo no reaccionaba con miedo ante el sin embargo yo sabia perfectamente de quien se trataba y lo peligroso que era.  -No podías escapar de mi por siempre Alexandra.- Hablo con voz profunda, cargada de una mezcla de deseo y un deje de burla, sin soltarme del todo subió un mano a mi mejilla dejando su pulgar sobre mis labios bajándolo suavemente. No me pude contener y deje escapar de mis labios su nombre, que sonó mas como un jadeo. -Ian....  Desperté de golpe, con el corazón desbocado, sudando frio y completamente desorientada, mire a mi alrededor buscando al hombre que me tenia abrazada en mi sueños pero no había nadie. Me solté a llorar, justo está era la razón por la que odiaba dormir sola...
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