— Los seres monocromáticos no sirven ni para sí mismos. La noción maniquea de ser blanco o ser negro, ser prepotente o ser humilde, ser bueno o ser malo, funciona sólo con cosas imperfectas. Las criaturas evolucionadas se caracterizan por una amalgama de emociones y reacciones diversas en perfecto equilibrio.

Saber que no hay error en el perdón cuando se da con prudencia e inteligencia; saber castigar cuando la afrenta daña algo más trascendente que nuestro ego de humanos. Eso conforma el criterio.

Todos somos ángeles y todos somos demonios a la vez y nos debatimos constantemente entre la luz y la oscuridad. —