La arena crugia bajo las pisadas de la joven que caminaba en solitario por el pequeño camino de tierra que cruzaba entre los arboles; vestía un kimono rosado con un bello patrón, sandalias y calcetines protegían sus pies a casa paso. Llevaba consigo una canasta que colgaba de su brazo izquierdo y su melena oscura colgaba tras ella.
Cerca del pueblo se encuentra un riachuelo que desemboca en un lago de gran tamaño rodeado por colinas cubiertas de un frondoso bosque; el cual era su destino aquella tarde.
—...
Al llegar a la orilla se dió unos instantes para admirar el paisaje; el cielo era gris y el aire estaba cargado de humedad, quizá llovería pronto, pero la temperatura era agradable. Fijó sus ojos en el pequeño muelle de madera ahora despejado de cualquier bote. y se dirigió hasta allí.
Removió su calzado y calcetines, dejó su canasta en el suelo y se sentó al borde, dejando que sus pies se remojaran...
—Esta un poco fria..., pero no esta mal
Era una sensación gratificante, permaneceria un rato así antes de decidirse a tomar la merienda que había traído consigo. Si se sentia de humor, consideraría darse un baño.
Cerca del pueblo se encuentra un riachuelo que desemboca en un lago de gran tamaño rodeado por colinas cubiertas de un frondoso bosque; el cual era su destino aquella tarde.
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Al llegar a la orilla se dió unos instantes para admirar el paisaje; el cielo era gris y el aire estaba cargado de humedad, quizá llovería pronto, pero la temperatura era agradable. Fijó sus ojos en el pequeño muelle de madera ahora despejado de cualquier bote. y se dirigió hasta allí.
Removió su calzado y calcetines, dejó su canasta en el suelo y se sentó al borde, dejando que sus pies se remojaran...
—Esta un poco fria..., pero no esta mal
Era una sensación gratificante, permaneceria un rato así antes de decidirse a tomar la merienda que había traído consigo. Si se sentia de humor, consideraría darse un baño.
La arena crugia bajo las pisadas de la joven que caminaba en solitario por el pequeño camino de tierra que cruzaba entre los arboles; vestía un kimono rosado con un bello patrón, sandalias y calcetines protegían sus pies a casa paso. Llevaba consigo una canasta que colgaba de su brazo izquierdo y su melena oscura colgaba tras ella.
Cerca del pueblo se encuentra un riachuelo que desemboca en un lago de gran tamaño rodeado por colinas cubiertas de un frondoso bosque; el cual era su destino aquella tarde.
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Al llegar a la orilla se dió unos instantes para admirar el paisaje; el cielo era gris y el aire estaba cargado de humedad, quizá llovería pronto, pero la temperatura era agradable. Fijó sus ojos en el pequeño muelle de madera ahora despejado de cualquier bote. y se dirigió hasta allí.
Removió su calzado y calcetines, dejó su canasta en el suelo y se sentó al borde, dejando que sus pies se remojaran...
—Esta un poco fria..., pero no esta mal
Era una sensación gratificante, permaneceria un rato así antes de decidirse a tomar la merienda que había traído consigo. Si se sentia de humor, consideraría darse un baño.
