—Bambi, ya te dije que no estés celoso, no dejaré de quererte, consentido...

Sin duda su pequeña mascota no está nada feliz ni con su bebé ni con el dragoncito que adoptó, aunque ya le conoce el temperamento, es igual que el de su cervatillo.
—Bambi, ya te dije que no estés celoso, no dejaré de quererte, consentido... Sin duda su pequeña mascota no está nada feliz ni con su bebé ni con el dragoncito que adoptó, aunque ya le conoce el temperamento, es igual que el de su cervatillo.
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