—Dicho y hecho. Al fin, y para el deleite de la piara de pervertidos que solían acudir a los clubs, ahí estaba quien, sin duda era la estrella del cine para adultos más cotizada del maldito infierno, tan solo por debajo de su jefe. Esa noche el local se había llenado más que de costumbre y la cola, que ya de persé solía ser larga, ahora rodeaba varias manzanas alrededor del club, y es que hacia tiempo que Angel Dust no dejaba a un lado el cine, para hacer algún bolo. Por lo que, obviamente era un evento muy esperado. La araña, para compensar los "días de descanso" tras el "incidente en vivo", dio lo mejor de si pero... Seguía con mareos, malestar y los dolorosos y persistentes calambres en las piernas. De modo que, aunque era buen actor al final del día, fue inevitable que algunos de los pasos de baile fueran un poco a destiempo. Nada escandaloso, salvo para quien si sabía del mundillo. — #HazbinHotel