Satoru caminaba contento en compañía de dos peluches de Cinnamoroll y una bebida temática del mismo.

En su escaso tiempo libre decidió ir a aquel parque de moda para los jovencitos, el mundo súper mágico de Sanrio o algo así. (Evidentemente ese no era el nombre). No fue algo excepcional, pero no estaba mal para pasar el rato.

No le quedaba duda Nobara, Fushiguro e Itadori podrían disfrutar en un sitio como ese. Le hacía ilusión dejar que sus alumnos se divirtieran como los chicos de su edad deberían.

El parque tenía una buena variedad de atracciones y estaba seguro que al menos Kugisaki y Yuji amarían la tienda con mercancía adorable de esos muñequitos. Incluso había un show de luces al cual no pudo quedarse ya que comenzaba por la noche.

Pensándolo bien... puede que no sea tan entretenido para Megumi, no le daba la impresión de emocionarse por ese tipo de lugares. Quizá pasarla con amigos haría más amena su experiencia. De cualquier forma, como recompensa llevaría al joven hechicero por la comida que el desee y algo para beber sin límite de precio en lo que sus compañeros perdían cabeza en la tienda bonita.

Si, sonaba a un buen plan. ¡Bien pensado Satoru!
Satoru caminaba contento en compañía de dos peluches de Cinnamoroll y una bebida temática del mismo. En su escaso tiempo libre decidió ir a aquel parque de moda para los jovencitos, el mundo súper mágico de Sanrio o algo así. (Evidentemente ese no era el nombre). No fue algo excepcional, pero no estaba mal para pasar el rato. No le quedaba duda Nobara, Fushiguro e Itadori podrían disfrutar en un sitio como ese. Le hacía ilusión dejar que sus alumnos se divirtieran como los chicos de su edad deberían. El parque tenía una buena variedad de atracciones y estaba seguro que al menos Kugisaki y Yuji amarían la tienda con mercancía adorable de esos muñequitos. Incluso había un show de luces al cual no pudo quedarse ya que comenzaba por la noche. Pensándolo bien... puede que no sea tan entretenido para Megumi, no le daba la impresión de emocionarse por ese tipo de lugares. Quizá pasarla con amigos haría más amena su experiencia. De cualquier forma, como recompensa llevaría al joven hechicero por la comida que el desee y algo para beber sin límite de precio en lo que sus compañeros perdían cabeza en la tienda bonita. Si, sonaba a un buen plan. ¡Bien pensado Satoru!
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