Suspirando, observó apenas de reojo los peluches que dejó en el sofá, encogiéndose de hombros mientras volvía a revisar su celular.

—Ya ni siquiera siento la soledad como una extraña...
Suspirando, observó apenas de reojo los peluches que dejó en el sofá, encogiéndose de hombros mientras volvía a revisar su celular. —Ya ni siquiera siento la soledad como una extraña...
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