El corazón de Yuan estaba tranquilo, a pesar de este intenso campo de batalla que estaba lleno de cadáveres y ríos de sangre.
A sus ojos, esas bajas eran sólo números.
En esta batalla, muchas personas gritaron por la muerte de sus amigos y familiares, muchas personas gritaron de alegría después de matar a un enemigo fuerte, algunos Maestros huyeron por miedo a la muerte. Algunos Maestros estaban llenos de ambición, queriendo ser una persona de mayor estatus.
Las emociones humanas se desataron en momentos de vida o muerte, eran frenéticas, locas, a la vez que arrogantes y desenfrenadas.
Al observar las expresiones despiadadas de la gente a su alrededor y escuchar sus gritos y alaridos, Yuan sintió una gran sensación de serenidad y paz.
Su corazón era firme como un antiguo abismo, no había ondas en la superficie.
Luchar, matar, el hombre nace para luchar.
Ganar, perder, seguir caminando en tu camino, pisando cadáveres ajenos.
Deja que la sangre hierva, deja que el sudor fluya, el mejor momento de la vida es ahora…
A sus ojos, esas bajas eran sólo números.
En esta batalla, muchas personas gritaron por la muerte de sus amigos y familiares, muchas personas gritaron de alegría después de matar a un enemigo fuerte, algunos Maestros huyeron por miedo a la muerte. Algunos Maestros estaban llenos de ambición, queriendo ser una persona de mayor estatus.
Las emociones humanas se desataron en momentos de vida o muerte, eran frenéticas, locas, a la vez que arrogantes y desenfrenadas.
Al observar las expresiones despiadadas de la gente a su alrededor y escuchar sus gritos y alaridos, Yuan sintió una gran sensación de serenidad y paz.
Su corazón era firme como un antiguo abismo, no había ondas en la superficie.
Luchar, matar, el hombre nace para luchar.
Ganar, perder, seguir caminando en tu camino, pisando cadáveres ajenos.
Deja que la sangre hierva, deja que el sudor fluya, el mejor momento de la vida es ahora…
El corazón de Yuan estaba tranquilo, a pesar de este intenso campo de batalla que estaba lleno de cadáveres y ríos de sangre.
A sus ojos, esas bajas eran sólo números.
En esta batalla, muchas personas gritaron por la muerte de sus amigos y familiares, muchas personas gritaron de alegría después de matar a un enemigo fuerte, algunos Maestros huyeron por miedo a la muerte. Algunos Maestros estaban llenos de ambición, queriendo ser una persona de mayor estatus.
Las emociones humanas se desataron en momentos de vida o muerte, eran frenéticas, locas, a la vez que arrogantes y desenfrenadas.
Al observar las expresiones despiadadas de la gente a su alrededor y escuchar sus gritos y alaridos, Yuan sintió una gran sensación de serenidad y paz.
Su corazón era firme como un antiguo abismo, no había ondas en la superficie.
Luchar, matar, el hombre nace para luchar.
Ganar, perder, seguir caminando en tu camino, pisando cadáveres ajenos.
Deja que la sangre hierva, deja que el sudor fluya, el mejor momento de la vida es ahora…
