—Por favor ya mátenme...

Sentía la cabeza punzante, masajeándose las sienes para mantenerse calmado o al menos intentarlo.
No quería otra crisis, no una tras otra, aquello sólo empeoraría su estado y, más aún, su embarazo.
—Por favor ya mátenme... Sentía la cabeza punzante, masajeándose las sienes para mantenerse calmado o al menos intentarlo. No quería otra crisis, no una tras otra, aquello sólo empeoraría su estado y, más aún, su embarazo.
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