Alex estaría en su traje de mercenario, un complejo conjunto negro de lana y kevlar, parado sobre un edificio, a solas.

—Me pregunto si este mundo necesita a Dynashift.

Alex rió, cruzándose de brazos mirando al horizonte, sonriendo con pena.

—Debí quedarme muerto.

Miró sus manos, golpeando al frente y causando que sus ropas estallen, su piel desintegrandose al viejo estilo de cuando no dominaba sus poderes. Su cuerpo retomó su apariencia original, para proceder y mirar al suelo.

—Quizá. Quizá debí hacerlo.

Podía escuchar las voces de sus padres en su cabeza, ese orgullo que nunca perdería.

—He ayudado a mucha menos gente de la que esperaba o quería. Ah... Supongo que no podía pedir más.

Se empezó a cortar, sus dedos volviéndose garras, abriendo su propio tórax para arrancar y mirar su corazón.

—Tú... ¿Qué es lo que nos motiva? No te necesito.

Hizo lo mismo con su cerebro, sosteniendo ambos órganos en sus manos.

—Sé que es raro hablarles directo, nunca lo hago. Pero... ¿Por qué diablos seguimos? Deberíamos rendirnos. ¿Por qué seguimos? Estamos solos aunque tengamos gente a nuestro alrededor.

Alex chasqueó los dedos, los órganos desintegrandose en polvo a su vez que sus heridas se cerraban.

—Estoy cansado. Voy a... Voy a...

Suspiró, molesto. No sabe de qué está hablando, solo está desahogandose.

—Voy a cambiar. Voy a elegir el camino que siempre debí.

El jóven se sentó en el borde del edificio y miró a las estrellas.

—Regresaré a ser feliz, a mi manera.

Miró su celular, riendo.

—¿Qué tendré en 500 años? No debí verme Invincible...

Se puso a pensar en la soledad de que todos sus seres queridos falleciendo dentro de lo que para él es "pronto"

—Hah... Así que ese es mi destino.
Alex estaría en su traje de mercenario, un complejo conjunto negro de lana y kevlar, parado sobre un edificio, a solas. —Me pregunto si este mundo necesita a Dynashift. Alex rió, cruzándose de brazos mirando al horizonte, sonriendo con pena. —Debí quedarme muerto. Miró sus manos, golpeando al frente y causando que sus ropas estallen, su piel desintegrandose al viejo estilo de cuando no dominaba sus poderes. Su cuerpo retomó su apariencia original, para proceder y mirar al suelo. —Quizá. Quizá debí hacerlo. Podía escuchar las voces de sus padres en su cabeza, ese orgullo que nunca perdería. —He ayudado a mucha menos gente de la que esperaba o quería. Ah... Supongo que no podía pedir más. Se empezó a cortar, sus dedos volviéndose garras, abriendo su propio tórax para arrancar y mirar su corazón. —Tú... ¿Qué es lo que nos motiva? No te necesito. Hizo lo mismo con su cerebro, sosteniendo ambos órganos en sus manos. —Sé que es raro hablarles directo, nunca lo hago. Pero... ¿Por qué diablos seguimos? Deberíamos rendirnos. ¿Por qué seguimos? Estamos solos aunque tengamos gente a nuestro alrededor. Alex chasqueó los dedos, los órganos desintegrandose en polvo a su vez que sus heridas se cerraban. —Estoy cansado. Voy a... Voy a... Suspiró, molesto. No sabe de qué está hablando, solo está desahogandose. —Voy a cambiar. Voy a elegir el camino que siempre debí. El jóven se sentó en el borde del edificio y miró a las estrellas. —Regresaré a ser feliz, a mi manera. Miró su celular, riendo. —¿Qué tendré en 500 años? No debí verme Invincible... Se puso a pensar en la soledad de que todos sus seres queridos falleciendo dentro de lo que para él es "pronto" —Hah... Así que ese es mi destino.
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