Increíble, hoy madrugué ⁠—dijo Marianne para sí misma, mientras estiraba los brazos al levantarse y sentarse en la cama. La realidad es que ella no pudo pegar un ojo en casi toda la noche⁠.—
Increíble, hoy madrugué ⁠—dijo Marianne para sí misma, mientras estiraba los brazos al levantarse y sentarse en la cama. La realidad es que ella no pudo pegar un ojo en casi toda la noche⁠.—
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