Rol con [inca10] " 𝑃𝑒𝑟𝑐𝑖𝑏𝑜 𝑙𝑜 𝑠𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡𝑜, 𝑙𝑜 𝑜𝑐𝑢𝑙𝑡𝑜: ¡𝑂ℎ 𝑣𝑜𝑠𝑜𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑠𝑒𝑛̃𝑜𝑟𝑒𝑠! 𝐴𝑠𝑖́ 𝑠𝑜𝑚𝑜𝑠, 𝑠𝑜𝑚𝑜𝑠 𝑚𝑜𝑟𝑡𝑎𝑙𝑒𝑠, 𝑑𝑒 𝑐𝑢𝑎𝑡𝑟𝑜 𝑒𝑛 𝑐𝑢𝑎𝑡𝑟𝑜 𝑛𝑜𝑠𝑜𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑙𝑜𝑠 ℎ𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒𝑠, 𝑡𝑜𝑑𝑜𝑠 ℎ𝑎𝑏𝑟𝑒𝑚𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑖𝑟𝑛𝑜𝑠, 𝑡𝑜𝑑𝑜𝑠 ℎ𝑎𝑏𝑟𝑒𝑚𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑚𝑜𝑟𝑖𝑟 𝑒𝑛 𝑙𝑎 𝑡𝑖𝑒𝑟𝑟𝑎. 𝑁𝑎𝑑𝑖𝑒 𝑒𝑛 𝑗𝑎𝑑𝑒, 𝑛𝑎𝑑𝑖𝑒 𝑒𝑛 𝑜𝑟𝑜 𝑠𝑒 𝑐𝑜𝑛𝑣𝑒𝑟𝑡𝑖𝑟𝑎́: 𝐸𝑛 𝑙𝑎 𝑡𝑖𝑒𝑟𝑟𝑎 𝑞𝑢𝑒𝑑𝑎𝑟𝑎́ 𝑔𝑢𝑎𝑟𝑑𝑎𝑑𝑜. 𝑇𝑜𝑑𝑜𝑠 𝑛𝑜𝑠 𝑖𝑟𝑒𝑚𝑜𝑠 𝑎𝑙𝑙𝑎́, 𝑑𝑒 𝑖𝑔𝑢𝑎𝑙 𝑚𝑜𝑑𝑜. 𝑁𝑎𝑑𝑖𝑒 𝑞𝑢𝑒𝑑𝑎𝑟𝑎́, 𝑐𝑜𝑛𝑗𝑢𝑛𝑡𝑎𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 ℎ𝑎𝑏𝑟𝑎́ 𝑞𝑢𝑒 𝑝𝑒𝑟𝑒𝑐𝑒𝑟, 𝑛𝑜𝑠𝑜𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑖𝑟𝑒𝑚𝑜𝑠 𝑎𝑠𝑖́ 𝑎 𝑠𝑢 𝑐𝑎𝑠𝑎. 𝐶𝑜𝑚𝑜 𝑢𝑛𝑎 𝑝𝑖𝑛𝑡𝑢𝑟𝑎 𝑛𝑜𝑠 𝑖𝑟𝑒𝑚𝑜𝑠 𝑏𝑜𝑟𝑟𝑎𝑛𝑑𝑜. 𝐶𝑜𝑚𝑜 𝑢𝑛𝑎 𝑓𝑙𝑜𝑟, 𝑛𝑜𝑠 𝑖𝑟𝑒𝑚𝑜𝑠 𝑠𝑒𝑐𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑎𝑞𝑢𝑖́ 𝑠𝑜𝑏𝑟𝑒 𝑙𝑎 𝑡𝑖𝑒𝑟𝑟𝑎. 𝐶𝑜𝑚𝑜 𝑣𝑒𝑠𝑡𝑖𝑑𝑢𝑟𝑎 𝑑𝑒 𝑝𝑙𝑢𝑚𝑎𝑗𝑒 𝑑𝑒 𝑎𝑣𝑒 𝑧𝑎𝑐𝑢𝑎́𝑛, 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑝𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜𝑠𝑎 𝑎𝑣𝑒 𝑑𝑒 𝑐𝑢𝑒𝑙𝑙𝑜 𝑑𝑒 ℎ𝑢𝑙𝑒, 𝑛𝑜𝑠 𝑖𝑟𝑒𝑚𝑜𝑠 𝑎𝑐𝑎𝑏𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑛𝑜𝑠 𝑣𝑎𝑚𝑜𝑠 𝑎 𝑠𝑢 𝑐𝑎𝑠𝑎. 𝑆𝑒 𝑎𝑐𝑒𝑟𝑐𝑜́ 𝑎𝑞𝑢𝑖́. 𝐻𝑎𝑐𝑒 𝑔𝑖𝑟𝑜𝑠 𝑙𝑎 𝑡𝑟𝑖𝑠𝑡𝑒𝑧𝑎 𝑑𝑒 𝑙𝑜𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑛 𝑠𝑢 𝑖𝑛𝑡𝑒𝑟𝑖𝑜𝑟 𝑣𝑖𝑣𝑒𝑛. 𝑀𝑒𝑑𝑖𝑡𝑎𝑑𝑙𝑜, 𝑠𝑒𝑛̃𝑜𝑟𝑒𝑠, 𝑎́𝑔𝑢𝑖𝑙𝑎𝑠 𝑦 𝑡𝑖𝑔𝑟𝑒𝑠, 𝑎𝑢𝑛𝑞𝑢𝑒 𝑓𝑢𝑒́𝑟𝑎𝑖𝑠 𝑑𝑒 𝑗𝑎𝑑𝑒, 𝑎𝑢𝑛𝑞𝑢𝑒 𝑓𝑢𝑒́𝑟𝑎𝑖𝑠 𝑑𝑒 𝑜𝑟𝑜, 𝑡𝑎𝑚𝑏𝑖𝑒́𝑛 𝑎𝑙𝑙𝑎́ 𝑖𝑟𝑒́𝑖𝑠, 𝑎𝑙 𝑙𝑢𝑔𝑎𝑟 𝑑𝑒 𝑙𝑜𝑠 𝑑𝑒𝑠𝑐𝑎𝑟𝑛𝑎𝑑𝑜𝑠. 𝑇𝑒𝑛𝑑𝑟𝑒𝑚𝑜𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑑𝑒𝑠𝑎𝑝𝑎𝑟𝑒𝑐𝑒𝑟, 𝑛𝑎𝑑𝑖𝑒 ℎ𝑎𝑏𝑟𝑎́ 𝑑𝑒 𝑞𝑢𝑒𝑑𝑎𝑟." El sonoro llamado del caracol inundaba el aire con su grave estruendo, y el aroma a copal se impregnaba en ambiente mientras arrojaba sus últimas bendiciones sobre los valientes guerreros que abandonan la comodidad del hogar para cumplir con el dictamen de los dioses por consumir su tan acostumbrada cuota de vidas para mantener la alegría y la abundancia en la tierra. Los más coloridos vestidos se adornaban con los más hermosos plumajes que algunos, incluso provenientes del mismo quetzal que con su brillante verde anunciaba una casta de guerreros tan alta como el mismo cielo. Filosas lanzas y cuchillos despedían el oscuro brillo de la obsidiana lista para cercenar a su siguiente sacrificio: la carne del enemigo. Sin olvidar al macizo Macuahutl que era el arma icónica de estos en una mano, y un colorido escudo en la otra mano. Marchando todos hacia el campo de batalla, lejos de sus ciudades, lejos de su gente, pues ahora era cuando más se notaba su devoción por sus deidades.