La trazacaminos estaba verdaderamente animada, rara vez disfruta un descanso en cada misión delegada al expreso astral. Si bien no le molestaba ayudar a quienes lo necesitan, era novedoso ser invitada a simplemente contemplar el Feldspar.
Era un lugar hermoso y ella estaba rebosante de energía, quería ir a todos lados a la vez. Hasta que su mirada se posó en una piscina con burbujas flotantes y chanchitos dimensionales. No lo pensó dos veces y corrió a la piscina, que, al no ser tan profunda, ni si quiera se sumergió.
Corrió animada en el agua jugando con los chanchitos, no entendía porque los demás invitados no estaban dentro. ¡Ésto era muy divertido!
En su tercera vuelta por la piscina, alcanzó a ver a Dan Heng cerca de la orilla. Ya lo iba a invitar a jugar con ella hasta que vio el letrero que sostenía en su mano. Acto seguido le miró indignada. —No, no me quiero salir, no lo haré.— Se quejó infantilmente a la par que cruzaba sus brazos.
Era un lugar hermoso y ella estaba rebosante de energía, quería ir a todos lados a la vez. Hasta que su mirada se posó en una piscina con burbujas flotantes y chanchitos dimensionales. No lo pensó dos veces y corrió a la piscina, que, al no ser tan profunda, ni si quiera se sumergió.
Corrió animada en el agua jugando con los chanchitos, no entendía porque los demás invitados no estaban dentro. ¡Ésto era muy divertido!
En su tercera vuelta por la piscina, alcanzó a ver a Dan Heng cerca de la orilla. Ya lo iba a invitar a jugar con ella hasta que vio el letrero que sostenía en su mano. Acto seguido le miró indignada. —No, no me quiero salir, no lo haré.— Se quejó infantilmente a la par que cruzaba sus brazos.
La trazacaminos estaba verdaderamente animada, rara vez disfruta un descanso en cada misión delegada al expreso astral. Si bien no le molestaba ayudar a quienes lo necesitan, era novedoso ser invitada a simplemente contemplar el Feldspar.
Era un lugar hermoso y ella estaba rebosante de energía, quería ir a todos lados a la vez. Hasta que su mirada se posó en una piscina con burbujas flotantes y chanchitos dimensionales. No lo pensó dos veces y corrió a la piscina, que, al no ser tan profunda, ni si quiera se sumergió.
Corrió animada en el agua jugando con los chanchitos, no entendía porque los demás invitados no estaban dentro. ¡Ésto era muy divertido!
En su tercera vuelta por la piscina, alcanzó a ver a Dan Heng cerca de la orilla. Ya lo iba a invitar a jugar con ella hasta que vio el letrero que sostenía en su mano. Acto seguido le miró indignada. —No, no me quiero salir, no lo haré.— Se quejó infantilmente a la par que cruzaba sus brazos.