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ค๐๐จฬ๐ฆ๐จ ๐ฌ๐ ๐ก๐๐ง ๐๐๐ฅ๐ฅ๐๐๐จ ๐๐ฌ๐๐ฌ ๐ฏ๐จ๐๐๐ฌ.
ใ คใ คใ คใ ค๐๐ฌ๐๐ฎ๐๐ก๐จ ๐๐ฅ ๐ฅ๐๐ญ๐ข๐๐จ ๐๐ ๐ฆ๐ข ๐๐จ๐ซ๐๐ณ๐จฬ๐ง.
ใ คใ คใ คใ ค๐๐ฌ๐ญ๐ ๐จ๐ฅ๐จ๐ซ,
ใ คใ คใ คใ ค๐๐ฎ๐ข๐๐ซ๐จ ๐ฌ๐๐ง๐ญ๐ข๐ซ ๐๐ฅ ๐จ๐ฅ๐จ๐ซ ๐๐ ๐ฅ๐๐ฌ ๐ซ๐จ๐ฌ๐๐ฌ,
ใ คใ คใ คใ ค๐ฒ ๐ฅ๐ ๐ฉ๐จฬ๐ฅ๐ฏ๐จ๐ซ๐ ๐ช๐ฎ๐๐ฆ๐๐ง ๐ฆ๐ข ๐ ๐๐ซ๐ ๐๐ง๐ญ๐.
ใ คใ คใ คใ ค๐๐ข๐๐ซ๐ซ๐, ๐ฬ๐ซ๐๐จ๐ฅ๐๐ฌ ๐ฒ ๐ฉ๐ฬ๐ฃ๐๐ซ๐จ๐ฌ, ๐ง๐จ
ใ คใ คใ คใ ค๐ ๐ฎ๐๐ซ๐๐๐ง ๐ฌ๐ข๐ฅ๐๐ง๐๐ข๐จ.
ใ คใ คใ คใ ค๐๐ขฬ๐ ๐๐ง๐ฆ๐ ๐ช๐ฎ๐ ๐ก๐ ๐ ๐๐ง๐๐๐จ, ๐ช๐ฎ๐ ๐ฅ๐
ใ คใ คใ คใ ค๐ฏ๐ข๐๐ญ๐จ๐ซ๐ข๐ ๐๐ฌ ๐ฆ๐ขฬ๐.
ใ คใ คใ คใ ค๐๐ฅ ๐จ๐ฅ๐จ๐ซ ๐๐ ๐ฅ๐ ๐ฌ๐๐ง๐ ๐ซ๐
ใ คใ คใ คใ ค๐๐ฅ ๐ฏ๐ข๐๐ง๐ญ๐จ ๐ช๐ฎ๐ ๐๐ง๐ญ๐๐ฌ ๐ฌ๐จ๐ฉ๐ฅ๐๐๐
ใ คใ คใ คใ ค๐ฌ๐ข๐ ๐ฎ๐ ๐ฌ๐จ๐ฉ๐ฅ๐๐ง๐๐จ.
ใ คใ คใ คใ ค๐ ๐๐จฬ๐ง๐๐ ๐ฌ๐ ๐ก๐ ๐ข๐๐จ
ใ คใ คใ คใ ค๐ฆ๐ข ๐ฬ๐ง๐ ๐๐ฅ ๐๐ ๐๐จ๐ง๐๐๐,
ใ คใ คใ คใ ค๐๐จฬ๐ง๐๐ ๐๐ฌ๐ญ๐ฬ ๐ฆ๐ข
ใ คใ คใ คใ ค๐๐๐ฆ๐จ๐ง๐ข๐จ ๐ข๐ง๐ญ๐๐ซ๐ข๐จ๐ซ.
ใ คใ คใ คใ ค๐๐จ๐ซ ๐๐๐ฏ๐จ๐ซ, ๐ฌ๐ ๐ฅ๐จ ๐ซ๐ฎ๐๐ ๐จ,
ใ คใ คใ คใ ค๐๐ฌ๐๐ฎ๐๐ก๐๐ง ๐ฆ๐ข ๐ฏ๐จ๐ณ.
ใ คใ คใ คใ ค La lluvia, a la sazón, caía a torrentes. Subiendo poco a poco desde el arrollo al asalto del relieve junto a la calzada empedrada, minaba sordamente la base de la soñadora, cuya cabeza se hallaba al propio tiempo muy seriamente amenazada. La mano de esta, en efecto, desamparada del espíritu, que había partido para algún remoto viaje, había dejado que poco a poco la cadena dorada se deslizara entre las falanges con suavidad, y el agua del cielo corría libremente desde la capucha convertida en esponja hasta el arrollo que deslizábase tumultoso lamiéndole los tobillos. La estrella de siete puntas colgaba a tan solo centímetros de los adoquines que recibían y despedían las ruedas de los carruajes. Tan grande era su preocupación que no había notado cómo sus zapatos se transformaban en un arrecife para la corriente violenta arrastrando hojitas del arciano, ramas de los abetos y pinos, y algunos pobres insectos incapaces de escapar del propio peso de sus alas como anclas traslúcidas.
ใ คใ คใ คใ ค “๐๐ช ๐ณ๐ฆ๐ช๐ฏ๐ข”.
Sumida en la resignación huraña, Alicent giró la cabeza encontrándose con los ojos indolentes del Patizambo.
ใ คใ คใ คใ ค โ¿๐ตo le he dicho acaso que las tardes de lluvia son mías?โ
ใ คใ คใ คใ ค ใ คใ คใ คใ ค “๐๐ด๐ชฬ ๐ฆ๐ด, ๐ฑ๐ฆ๐ณ๐ฐ ๐ค๐ฐ๐ฏ๐ด๐ช๐ฅ๐ฆ๐ณ๐ฐ ๐ช๐ฎ๐ฑ๐ฐ๐ณ๐ต๐ข๐ฏ๐ต๐ฆ ๐ฆ๐ญ ๐ฒ๐ถ๐ฆ ๐๐ถ ๐๐ข๐ซ๐ฆ๐ด๐ต๐ข๐ฅ ๐ฆ๐ญ ๐ณ๐ฆ๐บ ๐ฆ๐ด๐ต๐ฆฬ ๐ณ๐ฆ๐ค๐ญ๐ข๐ฎ๐ข๐ฏ๐ฅ๐ฐ ๐ด๐ถ ๐ฑ๐ณ๐ฆ๐ด๐ฆ๐ฏ๐ค๐ช๐ข ๐ข ๐ต๐ฐ๐ฅ๐ฐ๐ด ๐ญ๐ฐ๐ด ๐ค๐ช๐ฆ๐ณ๐ท๐ฐ๐ด.”
ใ คใ คใ คใ ค โ๐ดhโ. El resultado de aquella conversación fue el alivio de la reina en lo que se refería a pagar sus deudas con el maestro de los susurros. Larys no gozaba de derecho a reclamar nada en los días de tormenta, ese era su acuerdo.
El semblante de la reina habíase tornado sombrío a cada paso más cerca de los aposentos de Su Majestad. Estaba frente a la puerta, inhalando valor. Una criada, maquinalmente, tendió un vaso que Alicent sujetó mientras era llenado con un vino tan áspero que podría ser proveniente del Muro, allá donde los hombres se alcoholizaban para ganar calor. Aquel consuelo era sin duda de su gusto, porque recurría a este con frecuencia.
Las puertas se abrieron y cerraron para ella. Un viejo y demacrado Viserys la esperaba en la cama, no lo suficientemente arruinado para evadir sus deberes maritales.
El vestido esmeralda abandonó a su dueña hasta hacerse un montículo arrugado alrededor de sus pies como un domo de tela. Un crujido espantoso llenó la habitación. Era el rey intentando erguir la espalda contra la cabecera de la cama.
Diez años atrás, Alicent no tenía que hacer más que tumbarse, estar quieta y exhalar de vez en cuando para lustrar el ego de su esposo. Ahora, la situación era diferente. Viserys apenas podía moverse, así que ella hacía todo el trabajo encima de él. No tardaba demasiado en llegar al final de su hazaña, el verdadero reto era contener las arcadas.
Y así, tan vulnerable como los insectos que se hundían por el propio peso de sus alas bajo el agua, entregó su mejor performance al monarca cerrando los ojos e imaginando que quien entraba en ella era alguien más. El que fuera, quien sea, no importaba. Un té de Luna estaría listo para ella al momento de abandonar los aposentos, lo cual fue motivación suficiente para hacerlo expulsar rápidamente la semilla y marcharse.
ใ คใ คใ คใ ค๐๐ฌ๐๐ฎ๐๐ก๐จ ๐๐ฅ ๐ฅ๐๐ญ๐ข๐๐จ ๐๐ ๐ฆ๐ข ๐๐จ๐ซ๐๐ณ๐จฬ๐ง.
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ใ คใ คใ คใ ค๐ฏ๐ข๐๐ญ๐จ๐ซ๐ข๐ ๐๐ฌ ๐ฆ๐ขฬ๐.
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ใ คใ คใ คใ ค “๐๐ช ๐ณ๐ฆ๐ช๐ฏ๐ข”.
Sumida en la resignación huraña, Alicent giró la cabeza encontrándose con los ojos indolentes del Patizambo.
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Las puertas se abrieron y cerraron para ella. Un viejo y demacrado Viserys la esperaba en la cama, no lo suficientemente arruinado para evadir sus deberes maritales.
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Y así, tan vulnerable como los insectos que se hundían por el propio peso de sus alas bajo el agua, entregó su mejor performance al monarca cerrando los ojos e imaginando que quien entraba en ella era alguien más. El que fuera, quien sea, no importaba. Un té de Luna estaría listo para ella al momento de abandonar los aposentos, lo cual fue motivación suficiente para hacerlo expulsar rápidamente la semilla y marcharse.
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Las puertas se abrieron y cerraron para ella. Un viejo y demacrado Viserys la esperaba en la cama, no lo suficientemente arruinado para evadir sus deberes maritales.
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Diez años atrás, Alicent no tenía que hacer más que tumbarse, estar quieta y exhalar de vez en cuando para lustrar el ego de su esposo. Ahora, la situación era diferente. Viserys apenas podía moverse, así que ella hacía todo el trabajo encima de él. No tardaba demasiado en llegar al final de su hazaña, el verdadero reto era contener las arcadas.
Y así, tan vulnerable como los insectos que se hundían por el propio peso de sus alas bajo el agua, entregó su mejor performance al monarca cerrando los ojos e imaginando que quien entraba en ella era alguien más. El que fuera, quien sea, no importaba. Un té de Luna estaría listo para ella al momento de abandonar los aposentos, lo cual fue motivación suficiente para hacerlo expulsar rápidamente la semilla y marcharse.
Tipo
Individual
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Cualquier lรญnea
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